Salió el sembrador a sembrar

Miércoles de la III semana del tiempo ordinario.

Mc 4,1-20

Mc41 Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en tierra junto al mar.

2 Les enseñaba muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos:

3 «Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; 4 al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. 5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; 6 pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. 7 Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, la ahogaron y no dio grano. 8 El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno». 9 Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga».

10 Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas. 11 Él les dijo: «A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en parábolas, 12 para que “por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”».

13 Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás? 14 El sembrador siembra la palabra. 15 Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. 16 Hay otros que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra enseguida la acogen con alegría, 17 pero no tienen raíces, son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumben. 18 Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; estos son los que escuchan la palabra, 19 pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. 20 Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno».

El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre

Martes de la III semana del tiempo ordinario.

Mc 3,31-35

31 Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar. 32 La gente que tenía sentada alrededor le dice: «Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». 33 Él les pregunta: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». 34 Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. 35 El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Satanás está perdido

Lunes de la III semana del tiempo ordinario, santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia, memoria obligatoria.

Mc 3,22-30

22 Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los de-monios con el poder del jefe de los demonios». 23 Él los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas: «¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? 24 Un reino dividido internamente no puede subsistir; 25 una familia dividida no puede subsistir. 26 Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. 27 Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.

28 En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; 29 pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre». 30 Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.

Hoy se ha cumplido esta Escritura

III domingo del tiempo ordinario.

Jornada y colecta de la Infancia Misionera.

Lc 1,1-4; 4,14-21

Lc11 Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, 2 como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, 3 también yo he resuelto escribírtelos por su orden, ilustre Teófilo, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, 4 para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.

14 Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. 15 Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.

16 Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. 17 Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: 18 «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; 19 a proclamar el año de gracia del Señor». 20 Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él. 21 Y él comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

Viernes de la II semana del tiempo ordinario, fiesta de la Conversión de San Pablo.

Viajando hacia Damasco, en la actual Siria, cuando aún maquinaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, el mismo Jesús glorioso se le reveló en el camino y lo eligió para que, lleno del Espíritu Santo, anunciase el Evangelio de la salvación a los gentiles. Sufrió muchas dificultades a causa del nombre de Cristo (elog. del Martirologio Romano).

Mc 16,15-18

15 Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. 17 A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, 18 cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Los espíritus inmundos gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios», pero él les prohibía que lo diesen a conocer

Jueves de la II semana del tiempo ordinario, san Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia, memoria obligatoria.

Mc 3,7-12

7 Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea. 8 Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón. 9 Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío. 10 Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. 11 Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». 12 Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?

Miércoles de la II semana del tiempo ordinario, san Ildefonso, obispo, memoria obligatoria.

Mc 3,1-6

Mc31 Entró otra vez en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. 2 Lo estaban observando, para ver si lo curaba en sábado y acusarlo.

3 Entonces le dice al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio». 4 Y a ellos les pregunta: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?». Ellos callaban. 5 Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano». La extendió y su mano quedó restablecida. 6 En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para acabar con él.

El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado

Martes de la II semana del tiempo ordinario, san Vicente, diácono y mártir, memoria obligatoria.

Mc 2,23-28

23 Sucedió que un sábado atravesaba él un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas. 24 Los fariseos le preguntan: «Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?». 25 Él les responde: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, 26 cómo entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio también a quienes estaban con él?». 27 Y les decía: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; 28 así que el Hijo del hombre es señor también del sábado».

El esposo está con ellos

Lunes de la II semana del tiempo ordinario, santa Inés, virgen y mártir, memoria obligatoria.

Mc 2,18-22

18 Como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús: «Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?». 19 Jesús les contesta: «¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar. 20 Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán en aquel día. 21 Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto —lo nuevo de lo viejo— y deja un roto peor. 22 Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos».