Bendito sea el Señor

Jueves de la IV semana de Adviento. Feria privilegiada.

2Sam 7,1-5.8b-12.14a.16
Sal 88,2-3.4-5.27.29
Lc 1,67-79

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

67Entonces Zacarías, su padre, se llenó de Espíritu Santo y profetizó diciendo: 68«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, | porque ha visitado y redimido a su pueblo, 69suscitándonos una fuerza de salvación | en la casa de David, su siervo, 70según lo había predicho desde antiguo | por boca de sus santos profetas. 71Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos | y de la mano de todos los que nos odian; 72realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, | recordando su santa alianza 73y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán para concedernos 74que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, | le sirvamos 75con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. 76Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, | porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, 77anunciando a su pueblo la salvación | por el perdón de sus pecados. 78Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, | nos visitará el sol que nace de lo alto, 79para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, | para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».

Palabra del Señor.

Empezó a hablar bendiciendo a Dios

Miércoles de la IV semana de Adviento. Feria privilegiada.

Mal 3,1-4.23-24
Sal 24,4-5ab.8-9.10.14
Lc 1,57-66

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

57A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. 58Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella. 59A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; 60pero la madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan». 61Y le dijeron: «Ninguno de tus parientes se llama así». 62Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. 63Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados. 64Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. 65Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. 66Y todos los que los oían reflexionaban diciendo: «Pues ¿qué será este niño?». Porque la mano del Señor estaba con él.

Palabra del Señor.

Proclama mi alma la grandeza del Señor

Martes de la IV semana de Adviento. Feria privilegiada.

1Sam 1,24-28
Sal 1Sam 2,1.4-5.6-7.8abcd
Lc 1,46-56

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

46María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, 47se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; 48porque ha mirado la humildad de su esclava. | Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, 49porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: | su nombre es santo, 50y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. 51Él hace proezas con su brazo: | dispersa a los soberbios de corazón, 52derriba del trono a los poderosos | y enaltece a los humildes, 53a los hambrientos los colma de bienes | y a los ricos los despide vacíos. 54Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia 55—como lo había prometido a nuestros padres— | en favor de Abrahán y su descendencia por siempre». 56María se quedó con ella unos tres meses y volvió a su casa.

Palabra del Señor.

¡Bendita tú entre las mujeres!

Lunes de la IV semana de Adviento. Feria privilegiada.

Cant 2,8-14 (o bien Sof 3,14-18a)
Sal 32,2-3.11-12.20-21
Lc 1,39-45

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

39En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; 40entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo 42y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 43¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? 44Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. 45Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Palabra del Señor.

Hágase en mí según tu palabra

Domingo IV de adviento. Solemnidad.

2Sam 7,1-5.8b-11.16
Sal 88,2-3.4-5.27.29
Rom 16,25-27
Lc 1,26-38

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

26En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 28El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». 29Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. 30El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. 31Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». 34Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». 35El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. 36También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, 37porque para Dios nada hay imposible». 38María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró.

Palabra del Señor.

Muchos se alegrarán de su nacimiento

Sábado de la III semana de adviento. Feria privilegiada.

Jue 13,2-7.24-25a
Sal 70,3-4a.5-6ab.16-17
Lc 1,5-25

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

5En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo nombre era Isabel. 6Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. 7No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada. 8Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, 9según la costumbre de los sacerdotes, le tocó en suerte a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; 10la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. 11Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. 12Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. 13Pero el ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. 14Te llenarás de alegría y gozo, y muchos se alegrarán de su nacimiento. 15Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, 16y convertirá muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. 17Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto». 18Zacarías replicó al ángel: «¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada». 19Respondiendo el ángel, le dijo: «Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena noticia. 20Pero te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno». 21El pueblo, que estaba aguardando a Zacarías, se sorprendía de que tardase tanto en el santuario. 22Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. 23Al cumplirse los días de su servicio en el templo, volvió a casa. 24Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir de casa cinco meses, diciendo: 25«Esto es lo que ha hecho por mí el Señor, cuando se ha fijado en mí para quitar mi oprobio ante la gente».

Palabra del Señor.

Hizo lo que le había mandado el ángel del Señor

Viernes de la III semana de Adviento. Feria privilegiada.

Jer 23,5-8
Sal 71,1-2.12-13.18-19
Mt 1,18-24

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

18La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. 19José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. 20Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. 21Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». 22Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta: 23«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». 24Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer. 25Y sin haberla conocido, ella dio a luz un hijo al que puso por nombre Jesús.

Palabra del Señor.

Origen de Jesucristo

Jueves de la III semana de Adviento, feria privilegiada.

Gén 49,2.8-10
Sal 71,1-2.3-4ab.7.8.17
Mt 1,1-17

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

11Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. 2Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. 3Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zará, Fares engendró a Esrón, Esrón engendró a Arán, 4Arán engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, 5Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, 6Jesé engendró a David, el rey. David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, 7Salomón engendró a Roboán, Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, 8Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Jorán, Jorán engendró a Ozías, 9Ozías engendró a Joatán, Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, 10Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amós, Amós engendró a Josías; 11Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. 12Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, 13Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín engendró a Azor, 14Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín engendró a Eliud, 15Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; 16y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. 17Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo, catorce.

Palabra del Señor.

¡Bienaventurado el que no se escandalice de mí!

Miércoles III de Adviento.

Is 45,6b-8.18.21b-25
Sal 84,9ab.10.11-12.13-14
Lc 7,19-23

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

19los envió al Señor diciendo: «¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?». 20Los hombres se presentaron ante él y le dijeron: «Juan el Bautista nos ha mandado a ti para decirte: “¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?”». 21En aquella hora curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. 22Y respondiendo, les dijo: «Id y anunciad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados. 23Y ¡bienaventurado el que no se escandalice de mí!».

Palabra del Señor.