Jesús con su autoridad nos invita a VIVIR HOY y SIEMPRE

«El sábado entró Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas». Jesús, muestra un modo nuevo de hablar y actuar, no basado en lo que decían otros, sino en su Palabra, en su condición de Hijo de Dios, y por eso,  HABLABA CON AUTORIDAD, desde la coherencia de su Vida, desde el poder de su Palabra, desde la Fuerza de su condición de Hijo de Dios. Su Palabra, tiene también poder de curar, sanar, quitar heridas, perdonar, así hace con el hombre del espíritu inmundo, «Jesús lo increpó: «¡Cállate y sal de él!», y así asombraba a todos.
Es la Grandeza y el Poder de Jesús, que nos ofrece poder acogerlo en nuestra Vida, su Palabra de Autoridad, puede sanar nuestro corazón, aliviar tanta oscuridades de nuestro interior, llena de Luz y Sentido todo momento que vivimos. Es Palabra, y Vida si la recibimos, y la creemos;  Su Gracia, vence en el corazón, por la fuerza del Espíritu,  y ante las adversidades que estamos soportando, no hay más Autoridad que la de Jesús, y apoyados en ella, iremos superando este momento trágico, esta situación tan horrible, si acogemos la fuerza de su Vida.
 Sal!!!!  dejemos que saque de nosotros, lo que nos impide vivir con Paz, con serenidad, con Esperanza, que saque de nosotros y limpie el pecado, la oscuridad de la debilidad que nos aplana y esclaviza…
Recibida su Autoridad, por la Gracia de los sacramentos, podemos ofrecer a los que nos rodean caminos de Vida, miradas de Amor, consuelo y aliento, que tanto necesitan. Jesús quiere que llevemos a los demas el poder de su Gracia, de su Aliento..  para ayudar a tantos que sufren abatidos por la situación.

Primer domingo de San José. Padre Amado

Con La fiesta de San José aparece ya en el horizonte..

Iniciamos los 7 domingos de San José, una tradicional preparación para esta fiesta y se realiza siguiendo una antigua costumbre de la Iglesia durante los siete domingos anteriores al día del Santo Patriarca. Su origen se remonta al siglo XVI y consiste en acudir con especial detenimiento al Esposo de María Virgen. Para ello, se suelen contemplar los principales misterios acontecidos a lo largo de su vida en la tierra entretejidos de gozos y dolores, en los que se refleja de algún modo toda vida humana.

1. Padre amado

La grandeza de san José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre de Jesús. En cuanto tal, «entró en el servicio de toda la economía de la encarnación», como dice san Juan Crisóstomo.
San Pablo VI observa que su paternidad se manifestó concretamente «al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa».
Por su papel en la historia de la salvación, san José es un padre que siempre ha sido amado por el pueblo cristiano, como lo demuestra el hecho de que se le han dedicado numerosas iglesias en todo el mundo; que muchos institutos religiosos, hermandades y grupos eclesiales se inspiran en su espiritualidad y llevan su nombre; y que desde hace siglos se celebran en su honor diversas representaciones sagradas. Muchos santos y santas le tuvieron una gran devoción, entre ellos Teresa de Ávila, quien lo tomó como abogado e intercesor, encomendándose mucho a él y recibiendo todas las gracias que le pedía. Alentada por su experiencia, la santa persuadía a otros para que le fueran devotos.
En todos los libros de oraciones se encuentra alguna oración a san José. Invocaciones particulares que le son dirigidas todos los miércoles y especialmente durante todo el mes de marzo, tradicionalmente dedicado a él.
La confianza del pueblo en san José se resume en la expresión “Ite ad Ioseph”, que hace referencia al tiempo de hambruna en Egipto, cuando la gente le pedía pan al faraón y él les respondía: «Vayan donde José y hagan lo que él les diga» (Gn 41,55). Se trataba de José el hijo de Jacob, a quien sus hermanos vendieron por envidia (cf. Gn 37,11-28) y que —siguiendo el relato bíblico— se convirtió posteriormente en virrey de Egipto (cf. Gn 41,41-44).
Como descendiente de David (cf. Mt 1,16.20), de cuya raíz debía brotar Jesús según la promesa hecha a David por el profeta Natán (cf. 2 Sam 7), y como esposo de María de Nazaret, san José es la pieza que une el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Papa Francisco Carta apostólica Patris Cordi

El Bautismo de Jesús, sumergidos en el amor de Dios

«Tú eres mi Hijo amado, mi preferido». Así se oye la voz del Padre desde el cielo al ser bautizado Jesús por Juan en el río Jordán, cumpliéndose así, todas las profecías sobre Él, y siendo manifestado como Hijo de Dios, Ungido por el Espíritu Santo.

Jesús  se abaja y se deja bautizar por Juan, como un pecador, uniéndose así a todos los hombres, con humildad, se acerca se bautiza y su Padre Dios manifiesta entonces, su Grandeza y su filiación, y lleno del Espíritu inicia su recorrido público anunciando el Reino de Dios. Día grande para todos nosotros, recordemos que también recibimos el Bautismo, para poder ser hijos en el Hijo de Dios Padre, para poder vivir la dignidad de ser ungidos por el Espíritu, para poder ser testigos de Cristo, constructores de su Reino, Vivamos nuestro bautismo, renovemos nuestra consagración a Dios y actualicemos todos sus efectos para vivirlos plenamente y ser portadores de toda la Gracia recibida. 


Feliz Domingo del Bautismo del Señor, renovemos nuestro bautismo, dejemos que la Gracia se derrame en el corazón, recordemos que hemos sido salvados por Cristo, que se acerca, abaja a nosotros para mostrarnos el Rostro de Misericordia del Padre.

Un abrazo fraternal, Dios os bendiga, PAblo el cura

Navidad, el plan salvador de Dios con Cristo

«La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre.
Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció». Así narra el Prólogo de san Juan que hoy leemos en el evangelio, la Presencia de Dios entre nosotros por medio de Jesús. 
Dios ha proyectado todo un plan de Salvación, desde su Corazón enamorado de los hombres, por medio de su Hijo, encarnado, hecho hombre, hermano de los hombres, Luz y Vida, para que los hombres, podamos llegar a Dios, sentir a los hombres como hermanos, participar de la Vida de Dios y caminar en la Luz de la Verdad. EL proyecto de Dios es itinerario de Salvación para todos los hombres, es vocación de santidad, de plenitud,  que nos lo ofrece por su Hijo, por Jesús, para que acogiéndolo en nuestras vidas, y dejándonos guiar y conducir por Él caminemos hacia la Santidad.