El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido

Martes de la XXXIII semana del tiempo ordinario. Memoria obligatoria de santa Isabel de Hungría, religiosa. En la diócesis de Córdoba, solemnidad de san Acisclo y santa Victoria.

Ap 3,1-6.14-22
Sal 14,1b.2-3a.3bc-4ab.5
Lc 19,1-10

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

191Entró en Jericó e iba atravesando la ciudad. 2En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, 3trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. 4Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí. 5Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa». 6Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento. 7Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». 8Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: «Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más». 9Jesús le dijo: «Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. 10Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

Palabra del Señor

¡Hijo de David, ten compasión de mí!

Lunes de la XXXIII semana del tiempo ordinario. Se pueden celebrar las memorias de santa Margarita de Escocia, o de santa Gertrudis.

Ap 1,1-4;2,1-5a
Sal 1,1-2.3.4.6
Lc 18,35-43

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

35Cuando se acercaba a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. 36Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; 37y le informaron: «Pasa Jesús el Nazareno». 38Entonces empezó a gritar: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!». 39Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». 40Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: 41«¿Qué quieres que haga por ti?». Él dijo: «Señor, que recobre la vista». 42Jesús le dijo: «Recobra la vista, tu fe te ha salvado». 43Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.

Palabra del Señor

Al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene

Domingo de la XXXIII semana del tiempo ordinario, solemnidad. Jornada mundial de los pobres.

Pr 31,10-13.19-20.30-31
Sal 127,1-2.3.4-5
1Ts 5,1-6
Mt 25,14-30

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

14«Es como un hombre que, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: 15a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. 16El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. 17El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. 18En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. 19Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos. 20Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”. 21Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”. 22Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”. 23Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”. 24Se acercó también el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, 25tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”. 26El señor le respondió: “Eres un siervo negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? 27Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. 28Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. 29Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. 30Y a ese siervo inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”».

Palabra del Señor.

Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?

Sábado de la XXXII semana del tiempo ordinario, feria.

3Jn 5-8
Sal 111,1-2.3-4.5-6
Lc 18,1-8

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

181Les decía una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer. 2«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. 3En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. 4Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, 5como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”». 6Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; 7pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? 8Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».

Palabra del Señor.

El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará

Viernes de la XXXII semana del tiempo ordinario, feria.

2Jn 4-9
Sal 118,1.2.10.11.17.18
Lc 17,26-37

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

26Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: 27comían, bebían, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. 28Asimismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; 29pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. 30Así sucederá el día que se revele el Hijo del hombre. 31Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en casa no baje a recogerlas; igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás. 32Acordaos de la mujer de Lot. 33El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará. 34Os digo que aquella noche estarán dos juntos: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; 35estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán». 36[«Dos estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán».] 37Ellos le preguntaron: «¿Dónde, Señor?». Él les dijo: «Donde está el cadáver, allí se reunirán los buitres».

El reino de Dios está en medio de vosotros

Jueves de la XXXII semana del tiempo ordinario. Memoria obligatoria de san Josafat, obispo y mártir.

Flm 7-20
Sal 145,7.8-9a.9bc-10
Lc 17,20-25

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

20Los fariseos le preguntaron: «¿Cuándo va a llegar el reino de Dios?». Él les contestó: «El reino de Dios no viene aparatosamente, 21ni dirán: “Está aquí” o “Está allí”, porque, mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros». 22Dijo a sus discípulos: «Vendrán días en que desearéis ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo veréis. 23Entonces se os dirá: “Está aquí” o “Está allí”; no vayáis ni corráis detrás, 24pues como el fulgor del relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día. 25Pero primero es necesario que padezca mucho y sea reprobado por esta generación.

Palabra del Señor.

Levántate, vete; tu fe te ha salvado

Miércoles de la XXXII semana del tiempo ordinario. San Martín de Tours, obispo, memoria obligatoria.

Tt 3,1-7
Sal 22,1-3.4.5.6
Lc 17,11-19

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

11Una vez, yendo camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. 12Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos 13y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». 14Al verlos, les dijo: «Id a presentaros a los sacerdotes». Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. 15Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos 16y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. Este era un samaritano. 17Jesús, tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? 18¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?». 19Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado».

Palabra del Señor.

Hemos hecho lo que teníamos que hacer

Martes de la XXXII semana del tiempo ordinario. Memoria de san León Magno, papa y doctor de la Iglesia.

Tt 2,1-8.11-14
Sal 36,3-4.18.23.27.29
Lc 17,7-10

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

7¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”? 8¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”? 9¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? 10Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».

Palabra del Señor.

Destruid este templo, y en tres días lo levantaré

Lunes de la XXXII semana del tiempo ordinario. Fiesta de la dedicación de la Basílica de Letrán.

Ez 47,1-2.8-9.12 (o bien 1Co 3,9c-11.16-17)
Sal 45,2-3.5-6.8-9
Jn 2,13-22

Lectura del santo Evangelio según san Juan:

13Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. 14Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, 15haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; 16y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre». 17Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora». 18Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?». 19Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré». 20Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?». 21Pero él hablaba del templo de su cuerpo. 22Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Palabra del Señor.

Velad, porque no sabéis el día ni la hora

Domingo XXXII del tiempo ordinario, solemnidad.

Sb 6,12-16
Sal 62,2.3-4.5.6.7-8
1Tes 4,13-18
Mt 25,1-23

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

251Entonces se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. 2Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes. 3Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; 4en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. 5El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. 6A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”. 7Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. 8Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”. 9Pero las prudentes contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”. 10Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. 11Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo: “Señor, señor, ábrenos”. 12Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco”. 13Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».

Palabra del Señor.