El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán

Viernes de la XXXIV semana del tiempo ordinaria.

Ap 20,1-4.11-21,2
Sal 83,3.4.5-6
Lc 21,29-33

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

29Y les dijo una parábola: «Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: 30cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano. 31Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. 32En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. 33El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Palabra del Señor.

Se acerca vuestra liberación

Jueves de la XXXIV semana del tiempo ordinario.

Ap 18,1-2.21-23;19,1-3.9a
Sal 99,2.3.4.5
Lc 21,20-28

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

20Y cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción. 21Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; 22porque estos son días de venganza para que se cumpla todo lo que está escrito. 23¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo. 24Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por gentiles, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles. 25Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, 26desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. 27Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. 28Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».

Palabra del Señor.

Os odiarán a causa de mi nombre

Miércoles de la XXXIV semana del tiempo ordinario. Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir, memoria libre.

Ap 15,1-4
Sal 97,1.2-3ab.7-8.9
Lc 21,12-19

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

12Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. 13Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. 14Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, 15porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. 16Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, 17y todos os odiarán a causa de mi nombre. 18Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; 19con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

Palabra del Señor.

Llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra

Martes de la XXXIV semana del tiempo ordinario. Santos Andrés Dung-Lac, presbítero y compañeros mártires, memoria obligatoria.

Ap 14,14-19
Sal 95,10.11-12.13
Lc 21,5-11

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

5Y como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo: 6«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida». 7Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?». 8Él dijo: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. 9Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida». 10Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, 11habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.

Palabra del Señor.

Ha echado lo que tenía para vivir

Lunes de la XXXIV semana del tiempo ordinario.

Ap 14,1-3.4b-5
Sal 23,1-2.3-4ab.5-6
Lc 21,1-4

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

211Alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; 2vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, 3y dijo: «En verdad os digo que esa pobre viuda ha echado más que todos, 4porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Palabra del Señor.

Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis

Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario. Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

Ez 34,11-12.5-17
Sal 22,1-2a.2b-3.5.6
1Co 15,20-26a.28
Mt 25,31-46

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

31«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria 32y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. 33Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. 34Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. 35Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, 36estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. 37Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; 38¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; 39¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. 40Y el rey les dirá: “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”. 41Entonces dirá a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, 43fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”. 44Entonces también estos contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”. 45Él les replicará: “En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”. 46Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».

Palabra del Señor.

No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos

Sábado de la XXXIII semana del tiempo ordinario. Memoria obligatoria de la Presentación de la Bienavanturada virgen María

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

27Se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: 28«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano”. 29Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. 30El segundo 31y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. 32Por último, también murió la mujer. 33Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer». 34Jesús les dijo: «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, 35pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. 36Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección. 37Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. 38No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos». 39Intervinieron unos escribas: «Bien dicho, Maestro». 40Y ya no se atrevían a hacerle más preguntas.

Palabra delssddf

Todo el mundo estaba pendiente de él

Viernes de la XXXIII semana del tiempo ordinario.

Ap 10,8-11
Sal 118,14.24.72.103.111.131
Lc 19,45-48

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

45Después entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, 46diciéndoles: «Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”». 47Todos los días enseñaba en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, 48pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.

Palabra del Señor

No reconociste el tiempo de tu visita

Jueves de la XXXIII semana del tiempo ordinario.

Ap 5,1-10
Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b
Lc 19,41-44

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

41Al acercarse y ver la ciudad, lloró sobre ella, 42mientras decía: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. 43Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, 44te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».

Palabra del Señor

Negociad mientras vuelvo

Miércoles de la XXXIII semana del tiempo ordinario. En la diócesis de Córdoba se celebra la memoria obligatoria de santa Isabel de Hungría.

Ap 4,1-11
Sal 150,1-2.3-4.5
Lc 19,11-28

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

11Mientras ellos escuchaban todo esto, añadió una parábola, porque él estaba cerca de Jerusalén y pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse enseguida. 12Dijo, pues: «Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. 13Llamó a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, diciéndoles: “Negociad mientras vuelvo”. 14Pero sus conciudadanos lo aborrecían y enviaron tras de él una embajada diciendo: “No queremos que este llegue a reinar sobre nosotros”. 15Cuando regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los siervos a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. 16El primero se presentó y dijo: “Señor, tu mina ha producido diez”. 17Él le dijo: “Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades”. 18El segundo llegó y dijo: “Tu mina, señor, ha rendido cinco”. 19A ese le dijo también: “Pues toma tú el mando de cinco ciudades”. 20El otro llegó y dijo: “Señor, aquí está tu mina; la he tenido guardada en un pañuelo, 21porque tenía miedo, pues eres un hombre exigente que retiras lo que no has depositado y siegas lo que no has sembrado”. 22Él le dijo: “Por tu boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro lo que no he depositado y siego lo que no he sembrado? 23Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”. 24Entonces dijo a los presentes: “Quitadle a este la mina y dádsela al que tiene diez minas”. 25Le dijeron: “Señor, ya tiene diez minas”. 26“Os digo: al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. 27Y en cuanto a esos enemigos míos, que no querían que llegase a reinar sobre ellos, traedlos acá y degolladlos en mi presencia”». 28Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.

Palabra del Señor