Que sean uno, como nosotros

Miércoles de la VII semana de Pascua. San Bonifacio, obispo y mártir, memoria obligatoria.

Jn 17,11b-19

11 Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. 12 Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. 13 Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida. 14 Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.

Padre, glorifica a tu Hijo

Martes de la VII semana de Pascua.

Jn 17,1-11a

Jn171 Así habló Jesús y, levantando los ojos al cielo, dijo:

«Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti 2 y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a todos los que le has dado. 3 Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. 4 Yo te he glorificado sobre la tierra, he llevado a cabo la obra que me encomendaste. 5 Y ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía junto a ti antes que el mundo existiese. 6 He manifestado tu nombre a los que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. 7 Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, 8 porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. 9 Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por estos que tú me diste, porque son tuyos. 10 Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. 11 Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti.

Tened valor: yo he vencido al mundo

Lunes de la VII semana de Pascua. Santos Carlos Luanga y compañeros, mártires, memoria obligatoria.

Jn 16,29-33

29 Le dicen sus discípulos: «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. 30 Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios». 31 Les contestó Jesús: «¿Ahora creéis? 32 Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. 33 Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».

Mientras los bendecía, fue llevado hacia el cielo

VII domingo de Pascua. Ascensión del Señor, solemnidad.

Solemnidad de la Ascensión de nuestro Señor Jesucristo, cuando cuarenta días después de la Resurrección fue elevado al cielo en presencia de los discípulos, sentándose a la derecha del Padre, hasta que venga en su gloria a juzgar a vivos y muertos.

Lc 24,46-53

46 Y les dijo: «Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día 47 y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. 48 Vosotros sois testigos de esto. 49 Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la promesa de mi Padre; vosotros, por vuestra parte, quedaos en la ciudad hasta que os revistáis de la fuerza que viene de lo alto».

50 Y los sacó hasta cerca de Betania y, levantando sus manos, los bendijo. 51 Y mientras los bendecía, se separó de ellos, y fue llevado hacia el cielo. 52 Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; 53 y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

El Padre os quiere porque vosotros me queréis y me creéis

Sábado de la VI semana de Pascua. San Justino, mártir, memoria obligatoria.

Jn 16,23b-28

En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará. 24 Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. 25 Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente. 26 Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, 27 pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios. 28 Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre».

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Viernes de la VI semana de Pascua. Fiesta de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María, con motivo de su viaje al encuentro de su prima Isabel, que estaba embarazada de un hijo en su ancianidad, y a la que saludó. Al encontrarse gozosas las dos futuras madres, el Redentor que venía al mundo santificó a su precursor, que aún estaba en el seno de Isabel, y al responder María al saludo de su prima, exultante de gozo en el Espíritu Santo, glorificó a Dios con el cántico de alabanza del «Magnificat».

Lc 1,39-56

39 En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo 42 y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 43 ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? 44 Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. 45 Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

46 María dijo:

«Proclama mi alma la grandeza del Señor,

47 se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

48 porque ha mirado la humildad de su esclava. | Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

49 porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: | su nombre es santo,

50 y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

51 Él hace proezas con su brazo: | dispersa a los soberbios de corazón,

52 derriba del trono a los poderosos | y enaltece a los humildes,

53 a los hambrientos los colma de bienes | y a los ricos los despide vacíos.

54 Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia

55 —como lo había prometido a nuestros padres— | en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

56 María se quedó con ella unos tres meses y volvió a su casa.

Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría

Jueves de la VI semana de Pascua. San Fernando, fiesta para la diócesis de Córdoba.

Jn 16,16-20

16 Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver». 17 Comentaron entonces algunos discípulos: «¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy al Padre”?». 18 Y se preguntaban: «¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice». 19 Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver”? 20 En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.

El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena

Miércoles de la VI semana de Pascua.

Jn 16,12-15

12 Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; 13 cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. 14 Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará.

Si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito

Martes de la VI semana de Pascua.

Jn 16,5-11

5 Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿Adónde vas?”. 6 Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. 7 Sin embargo, os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré. 8 Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena*. 9 De un pecado, porque no creen en mí; 10 de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; 11 de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado.

El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí

Lunes de la VI semana de Pascua. San Agustín de Canterbury, obispo, memoria libre.

Jn 15,26-16,4a

26 Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; 27 y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.

Jn161 Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. 2 Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. 3 Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.

4 Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho.