Amarás al Señor tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo

Viernes de la XX semana del tiempo ordinario, feria. Santa Rosa de Lima, virgen, memoria libre.

Rut 1,1.3-6.14b-16.22
Sal 145
Mt 22,34-40

34Los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar 35y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: 36«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?». 37Él le dijo: «“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”. 38Este mandamiento es el principal y primero. 39El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. 40En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas».

A todos los que encontréis, llamadlos a la boda

Jueves de la XX semana del tiempo ordinario. Bienaventurada Virgen María Reina, memoria obligatoria.

Jue 11,29-39a
Sal 39
Mt 22,1-14

221Volvió a hablarles Jesús en parábolas, diciendo: 2«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; 3mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. 4Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados: “Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Venid a la boda”. 5Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, 6los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron. 7El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. 8Luego dijo a sus criados: “La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. 9Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda”. 10Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. 11Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta 12y le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?”. El otro no abrió la boca. 13Entonces el rey dijo a los servidores: “Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes”. 14Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».

¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?

Miércoles de la XX semana del tiempo ordinario. San Pío X, papa, memoria obligatoria.

Jue 9,6-15
Sal 20
Mt 20,1-16

201Pues el reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. 2Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. 3Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo 4y les dijo: “Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido”. 5Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. 6Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: “¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”. 7Le respondieron: “Nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Id también vosotros a mi viña”. 8Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”. 9Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. 10Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. 11Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo: 12“Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”. 13Él replicó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? 14Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. 15¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”. 16Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos».

Más fácil le es a un camello entrar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos

Martes de la XX semana del tiempo ordinario. San Bernardo, abad y doctor de la iglesia, memoria obligatoria.

Jue 6,11-24a
Sal 84
Mt 19,23-30

23Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. 24Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos». 25Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: «Entonces, ¿quién puede salvarse?». 26Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo». 27Entonces dijo Pedro a Jesús: «Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?». 28Jesús les dijo: «En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. 29Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. 30Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos primeros.

Si quieres ser perfecto, vende tus bienes, así tendrás un tesoro en el cielo

Lunes de la XX semana del tiempo ordinario, feria. San Juan Eudes, presbítero, memoria libre o San Ezequiel Moreno Díaz, obispo, memoria libre.

Jue 2,11-19
Sal 105
Mt 19,16-22

16Se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?». 17Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos». 18Él le preguntó: «¿Cuáles?». Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, 19honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo». 20El joven le dijo: «Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?». 21Jesús le contestó: «Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, da el dinero a los pobres —así tendrás un tesoro en el cielo— y luego ven y sígueme». 22Al oír esto, el joven se fue triste, porque era muy rico.

No he venido a traer paz, sino división

XX Domingo del tiempo ordinario, solemnidad.

Jer 38,4-6.8-10
Sal 39
Heb 12,1-4
Lc 12,49-53

49He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! 50Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! 51¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. 52Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; 53estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».

No impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos

Sábado de la XIX semana del tiempo ordinario.

Jos 24,14-29
Sal 15
Mt 19,13-15

13Entonces le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase, pero los discípulos los regañaban. 14Jesús dijo: «Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos». 15Les impuso las manos y se marchó de allí.

Por la dureza de corazón permitió Moisés repudiar a las mujeres; pero, al principio, no era así

Viernes de la XIX semana del tiempo ordinario. San Esteban de Hungría, memoria libre.

Jos 24,1-13
Sal 135
Mt 19,3-12

3Se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a un hombre repudiar a su mujer por cualquier motivo?». 4Él les respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, 5y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”? 6De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». 7Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de divorcio y repudiarla?». 8Él les contestó: «Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. 9Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer —no hablo de unión ilegítima— y se casa con otra, comete adulterio». 10Los discípulos le replicaron: «Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse». 11Pero él les dijo: «No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. 12Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender, entienda».

El Poderoso ha hecho obras grandes en mí; enaltece a los humildes

Jueves de la XIX semana del tiempo ordinario. Solmnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María.

Misa de la vigilia

1 Crón 15,3-4.15-16;16,1-2
Sal 131
1 Cor 15,54-57
Lc 11,27-28

27Mientras él hablaba estas cosas, aconteció que una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». 28Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

Misa del día de la solemnidad

Ap 11,19a;12,1-6a.10ab
Sal 44
1 Cor 15,20-27a
Lc 1,39-56

39En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; 40entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo 42y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 43¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? 44Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. 45Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». 46María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, 47se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; 48porque ha mirado la humildad de su esclava. | Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, 49porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: | su nombre es santo, 50y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. 51Él hace proezas con su brazo: | dispersa a los soberbios de corazón, 52derriba del trono a los poderosos | y enaltece a los humildes, 53a los hambrientos los colma de bienes | y a los ricos los despide vacíos. 54Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia 55—como lo había prometido a nuestros padres— | en favor de Abrahán y su descendencia por siempre». 56María se quedó con ella unos tres meses y volvió a su casa.

Si te hace caso, has salvado a tu hermano

Miércoles de la XIX semana del tiempo ordinario. San Maximiliano María Kolbe, memoria obligatoria.

Dt 34,1-12
Sal 65
Mt 18,15-20

15Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. 16Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. 17Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. 18En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos. 19Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. 20Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».