Bienaventurados los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela.

Martes de la XXIX semana del tiempo ordinario, feria o san Juan Pablo II, papa, memoria libre.

Rom 5,12.15b.17-19.20b-21
Sal 39
Lc 12,35-38

35Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. 36Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. 37Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo. 38Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos.

¿De quién será lo que has preparado?

Lunes de la XIX semana del tiempo ordinario, feria.

Rom 4,20-25
Salmo: Lc 1,69-75
Lc 12,13-21

13Entonces le dijo uno de la gente: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia». 14Él le dijo: «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?». 15Y les dijo: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes». 16Y les propuso una parábola: «Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. 17Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. 18Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. 19Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”. 20Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”. 21Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

Dios hará justicia a sus elegidos que claman ante él.

Domingo de la XXIX semana del tiempo ordinario. Jornada mundial y colecta por la evangelización de los pueblo, día del DOMUND.

Éx 17.8-13
Sal 120
2 Tim 3,14-4,2
Lc 18,1-8

18 1Les decía una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer. 2«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. 3En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. 4Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, 5como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”». 6Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; 7pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? 8Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».

El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.

Sábado de la XXVIII semana del tiempo ordinario, feria. San Pedro de Alcántara, presbítero, memoria libre, o santos Juan de Brébeuf e Isaac Jogues, presbíteros y compañeros, mártires, memoria libre, o san Pablo de la Cruz, presbítero, memoria libre.

Rom 4,13.16-18
Sal 104
Lc 12,8-12

8Os digo, pues: todo aquel que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios, 9pero si uno me niega ante los hombres, será negado ante los ángeles de Dios. 10Todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre podrá ser perdonado, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. 11Cuando os conduzcan a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué razones os defenderéis o de lo que vais a decir, 12porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir».

La mies es abundante, y los obreros son pocos

Viernes de la XXVIII semana del tiempo ordinario. San Lucas, evangelista, fiesta.

Fiesta de san Lucas, evangelista, que, según la tradición, nació en Antioquía de familia pagana y fue médico de profesión. Convertido a la fe de Cristo, fue compañero carísimo del apóstol san Pablo, y en su libro del Evangelio expuso por orden, cual escriba de la mansedumbre de Cristo, todo lo que hizo y enseñó Jesús. Asimismo, en el libreo de los Hechos de los Apóstoles narró los comienzos de la vida de la Iglesia hasta la primera venida de Pablo a la ciudad de Roma.

2 Tim 4,10-17b
Sal 144
Lc 10,1-9

10 1Después de esto, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. 2Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 4No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino. 5Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. 6Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. 7Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa. 8Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, 9curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”.

Se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías

Jueves de la XXVIII semana del tiempo ordinario. San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, memoria obligatoria.

Rom 3,21-30
Sal 129
Lc 11,47-54

47¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, a quienes mataron vuestros padres! 48Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron y vosotros les edificáis mausoleos. 49Por eso dijo la Sabiduría de Dios: “Les enviaré profetas y apóstoles: a algunos de ellos los matarán y perseguirán”; 50y así a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo; 51desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario. Sí, os digo: se le pedirá cuenta a esta generación. 52¡Ay de vosotros, maestros de la ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido!». 53Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo implacablemente y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, 54tendiéndole trampas para cazarlo con alguna palabra de su boca.

¡Ay de vosotros, fariseos! ¡Ay de vosotros también, maestros de la ley!

Miércoles de la XXVIII semana del tiempo ordinario, feria. Santa Eduvigis, religiosa, memoria libre, o santa Margarita María de Alacoque, virgen, memoria libre.

Rom 2,1-11
Sal 61
Lc 11,42-46

42Pero ¡ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto es lo que había que practicar, sin descuidar aquello. 43¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y los saludos en las plazas! 44¡Ay de vosotros, que sois como tumbas no señaladas, que la gente pisa sin saberlo!». 45Le replicó un maestro de la ley: «Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros». 46Y él dijo: «¡Ay de vosotros también, maestros de la ley, que cargáis a los hombres cargas insoportables, mientras vosotros no tocáis las cargas ni con uno de vuestros dedos!

Soy manso y humilde de corazón.

Martes de la XXVIII semana del tiempo ordinario. Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, fiesta.

Fiesta de Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, la cual, nacida en Ávila, ciudad de España, y agregada a la Orden Carmelitana, llegó a ser madre y maestra de una observancia más estrecha; en su corazón concibió un plan de crecimiento espiritual bajo la forma de una ascensión por grados del alma hacia Dios, pero a causa de la reforma de su Orden hubo de sufrir dificultades, que superó con ánimo esforzado. Compuso libros, en los que muestra una sólida doctrina y el fruto de su experiencia.

Eclo 15,1-6
Sal 88
Mt 11,25-30

25En aquel momento tomó la palabra Jesús y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. 26Sí, Padre, así te ha parecido bien. 27Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 28Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. 29Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. 30Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.

Lunes de la XXVIII semana del tiempo ordinario. San Calixto I, papa y mártir, memoria libre.

Rom 1,1-7
Sal 97
Lc 11,29-32

29Estaba la gente apiñándose alrededor de él y se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. 30Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. 31La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. 32Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.

¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?

Domingo de la XXVIII semana del tiempo ordinario.

2 Re 5,14-17
Sal 97
2 Tim 2,8-13
Lc 17,11-19

11Una vez, yendo camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. 12Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos 13y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». 14Al verlos, les dijo: «Id a presentaros a los sacerdotes». Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. 15Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos 16y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. Este era un samaritano. 17Jesús, tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? 18¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?». 19Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado».