Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

Viernes de la XXX semana del tiempo ordinario. Solemnidad de Todos los Santos.

Solemnidad de Todos los Santos, que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la visión eterna de la divina Majestad.

Ap 7,2-4.9-14
Sal 23
1 Jn 3,1-3
Mt 5,1-12a

5 1Al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; 2y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo: 3«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 4Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. 5Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 6Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. 7Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 8Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. 9Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. 12Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

No cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.

Jueves de la XXX semana del tiempo ordinario, feria.

Rom 8,31b-39
Sal 108
Lc 13,31-35

31En aquella misma ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: «Sal y marcha de aquí, porque Herodes quiere matarte». 32Y les dijo: «Id y decid a ese zorro: “Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día mi obra quedará consumada. 33Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”. 34¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido. Mirad, vuestra casa va a ser abandonada. 35Os digo que no me veréis hasta el día en que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».

Vendrán de oriente y occidente, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

Miércoles de la XXX semana del tiempo ordinario, feria.

Rom 8,26-30
Sal 12
Lc 13,22-30

22Y pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. 23Uno le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». Él les dijo: 24«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. 25Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: “Señor, ábrenos”; pero él os dirá: “No sé quiénes sois”. 26Entonces comenzaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”. 27Pero él os dirá: “No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”. 28Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. 29Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. 30Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

El grano creció y se hizo un árbol.

Martes de la XXX semana del tiempo ordinario, feria.

Rom 8,18-25
Sal 125
Lc 13,18-21

18Decía, pues: «¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé? 19Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas». 20Y dijo de nuevo: «¿A qué compararé el reino de Dios? 21Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».

Escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles.

Lunes de la XXX semana del tiempo ordinario. Santos Simón y Judas, apóstoles, fiesta.

Fiesta de san Simón y san Judas, apóstoles, el primero apellidado Cananeo o Zelotas, y el segundo, hijo de Santiago, llamado Tadeo, el cual, en la última Cena preguntó al Señor acerca de su manifestación, recibiendo esta respuesta: «El que me ame, observará mi palabra, y el Padre mío lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra mansión en él».

Ef 2,19-22
Sal 18
Lc 6,12-19

12En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios. 13Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: 14Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, 15Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; 16Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. 17Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. 18Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, 19y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no.

Domingo XXX del tiempo ordinario, solemnidad.

Eclo 35,12-14.16-19a
Sal 33
2 Tim 4,6-8.16-18
Lc 18,9-14

9Dijo también esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás: 10«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. 11El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. 12Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. 13El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”. 14Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Si no os convertís, todos pereceréis lo mismo.

Sábado de la XXIX semana del tiempo ordinario, feria, o santa María en sábado, memoria libre.

Rom 8,1-11
Sal 23
Lc 13,1-9

13 1En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. 2Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? 3Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. 4O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? 5Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera». 6Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. 7Dijo entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”. 8Pero el viñador respondió: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, 9a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».

Sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?

Jueves de la XXIX semana del tiempo ordinario, feria.

Rom 7,18-24
Sal 118
Lc 12,54-59

54Decía también a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: “Va a caer un aguacero”, y así sucede. 55Cuando sopla el sur decís: “Va a hacer bochorno”, y sucede. 56Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? 57¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo? 58Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel. 59Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues la última monedilla».

No he venido a traer paz, sino división.

Jueves de la XXIX semana del tiempo ordinario, feria, o san Antonio María Claret, obispo, memoria libre. En la diócesis de Córdoba celebramos la solemnidad de San Rafael, arcángel.

Rom 6,19-23
Sal 1
Lc 12,49-53

49He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! 50Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! 51¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. 52Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; 53estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».

Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará.

Miércoles de la XXIX semana del tiempo ordinario, feria o san Juan de Capistrano, presbítero, memoria libre.

Rom 6,12-18
Sal 123
Lc 12,39-48

39Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. 40Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre». 41Pedro le dijo: «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?». 42Y el Señor dijo: «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas? 43Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. 44En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. 45Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, 46vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles. 47El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; 48pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos. Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá.