Encontraron a María y a José y al niño. Y a los ocho días, le pusieron por nombre Jesús.

Miércoles de la Octava de Navidad, Santa María Madre de Dios, solemnidad.

Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, en la Octava de la Natividad del Señor y en el día de su Circuncisión. Los Padres del Concilio de Éfeso la aclamaron como «Theotokos», porque en ella la Palabra se hizo carne, y acampó entre los hombre el Hijo de Dios, príncipe de la paz, cuyo nombre está por encima de todo otro nombre.

Núm 6,22-27.
Sal 66.
Gál 4,4-7.
Lc 2,16-21.

16Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. 18Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. 19María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. 21Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

El Verbo se hizo carne.

Martes de la Octava de Navidad.

1 Jn 2,18-21.
Sal 95.
Jn 1,1-18.

1 1En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. 2Él estaba en el principio junto a Dios. 3Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. 4En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió. 6Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: 7este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. 8No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. 9El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. 10En el mundo estaba; | el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. 11Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. 12Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. 13Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, | ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios. 14Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. 15Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». 16Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. 17Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. 18A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.

Lunes de la Octava de Navidad.

1 Jn 2,12-17.
Sal 95
Lc 2,36-40

36Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, 37y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. 38Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. 39Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

Toma al niño y a su madre y huye a Egipto.

Domingo de la Octava de Navidad. Fiesta de la Sagrada Familia: Jesús, María y José, fiesta.

Fiesta de la Sagrada Familia, Jesús, María y José, desde la que se proponen santísimos ejemplos a las familias cristianas y se invocan los auxilios oportunos.

Eclo 3,2-6.12-14.
Sal 127.
Col 3,12-21.
Mt 2,13-15.19-23.

13Cuando ellos se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». 14José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto 15y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo». 19Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto 20y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño». 21Se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a la tierra de Israel. 22Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró a Galilea 23y se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que se llamaría nazareno.

Herodes mató a todos los niños en Belén.

Sábado de la Octava de Navidad. Los Santos Inocentes, márties, fiesta.

Fiesta de los Santos Inocentes, mártires, niños que fueron ejecutados en Belén de Judea por el impío rey Herodes, para que pereciera con ellos el niño Jesús, a quien habían adorado los Magos. Fueron honrados como mártires desde los primeros siglos de la Iglesia, primicia de todos los que habían de derramar su sangre por Dios y el Cordero.

1 Jn 1,5-2,2.
Sal 123.
Mt 2,13-18.

13Cuando ellos se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». 14José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto 15y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo». 16Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. 17Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: 18«Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven».

El otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro.

Viernes de la Octava de Navidad. San Juan, apóstol y evangelista, fiesta.

Fiesta de san Juan, apóstol y evangelista, hijo de Zebedeo, que junto con su hermano Santiago y con Pedro fue testigo de la transfiguración y de la pasión del Señor, y al pie de la cruz recibió de Él a María como madre. En su evangelio y en otros escritos se muestra como teólogo, habiendo contemplado la gloria del Verbo encarnado y anunciando lo que vio.

1 Jn 1,1-4.
Sal 96.
Jn 20,1a.2-8.

20 1El primer día de la semana, María la Magdalena 2echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». 3Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. 4Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; 5e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. 6Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos 7y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. 8Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre.

Jueves de la Octava de la Natividad del Señor. San Estaban, protomártir, fiesta.

Fiesta de San Esteban, protomártir, varón lleno de fe y de Espíritu Santo, que fue el primero de los siete diáconos que los apóstoles eligieron como cooperadores de su ministerio, y también fue el primero de los discípulos del Señor que en Jerusalén derramó su sangre, dando testimonio de Cristo Jesús al afirmar que vería al Señor sentado en la gloria a la derecha del Padre, al ser lapidado mientras oraba por los perseguidores.

Hch 6,8-10;7,54-59
Sal 30
Mt 10,17-22

17Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas 18y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles. 19Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, 20porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. 21El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán. 22Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará.

El verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.

Solemnidad de la Natividad del Señor.

Misa de la tarde.

Is 62,1-5
Sal 88
Hch 13,16-17.22-25
Mt 1,1-25

1 1Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. 2Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. 3Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zará, Fares engendró a Esrón, Esrón engendró a Arán, 4Arán engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, 5Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, 6Jesé engendró a David, el rey. David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, 7Salomón engendró a Roboán, Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, 8Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Jorán, Jorán engendró a Ozías, 9Ozías engendró a Joatán, Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, 10Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amós, Amós engendró a Josías; 11Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. 12Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, 13Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín engendró a Azor, 14Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín engendró a Eliud, 15Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; 16y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. 17Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo, catorce. 18La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. 19José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. 20Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. 21Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». 22Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta: 23«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». 24Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer. 25Y sin haberla conocido, ella dio a luz un hijo al que puso por nombre Jesús.

Misa de medianoche, misa del gallo.

Is 9,1-6
Sal 95
Tit 2,11-14
Lc 2,1-14

2 1Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. 2Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. 3Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad. 4También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, 5para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. 6Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto 7y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. 8En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. 9De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. 10El ángel les dijo: «No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: 11hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. 12Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». 13De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: 14«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad».

Misa de la aurora.

Is 62,11-12
Sal 96
Tit 3,4-7
Lc 2,15-20

15Y sucedió que, cuando los ángeles se marcharon al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado». 16Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. 18Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. 19María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.

Misa del día.

Is 52,7-10
Sal 97
Heb 1,1-6
Jn 1,1-18

1 1En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. 2Él estaba en el principio junto a Dios. 3Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. 4En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió. 6Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: 7este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. 8No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. 9El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. 10En el mundo estaba; | el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. 11Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. 12Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. 13Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, | ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios. 14Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. 15Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». 16Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. 17Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. 18A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Nos vendrá el Sol que nace de lo alto.

Martes de la IV semana de Adviento, feria.

2 Sam 7,1-5.8b-12.14a.16
Sal 88
Lc 1,67-79

67Entonces Zacarías, su padre, se llenó de Espíritu Santo y profetizó diciendo: 68«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, | porque ha visitado y redimido a su pueblo, 69suscitándonos una fuerza de salvación | en la casa de David, su siervo, 70según lo había predicho desde antiguo | por boca de sus santos profetas. 71Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos | y de la mano de todos los que nos odian; 72realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, | recordando su santa alianza 73y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán para concedernos 74que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, | le sirvamos 75con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. 76Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, | porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, 77anunciando a su pueblo la salvación | por el perdón de sus pecados. 78Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, | nos visitará el sol que nace de lo alto, 79para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, | para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».

Nacimiento de Juan Bautista.

Lunes de la IV semana de Adviento, feria o san Juan de Kety, presbítero, conmemoración.

Mal 3,1-4.23-24
Sal 24
Lc 1,57-66

57A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. 58Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella. 59A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; 60pero la madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan». 61Y le dijeron: «Ninguno de tus parientes se llama así». 62Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. 63Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados. 64Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. 65Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. 66Y todos los que los oían reflexionaban diciendo: «Pues ¿qué será este niño?». Porque la mano del Señor estaba con él.