Espíritu inmundo, sal de este hombre.

LUNES DE LA IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA, O BIEN SAN BLAS, OBISPO Y MÁRTIR, MEMORIA LIBRE O SAN ÓSCAR, OBISPO, MEMORIA LIBRE.

2Sam 15,13-14.30;16,5-13
Sal 3,2-3.4-5.6-7
Mc 5,1-20

Mc5 1Y llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. 2Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. 3Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; 4muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. 5Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. 6Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él 7y gritó con voz potente: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes». 8Porque Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo, sal de este hombre». 9Y le preguntó: «¿Cómo te llamas?». Él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos». 10Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. 11Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. 12Los espíritus le rogaron: «Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos». 13Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar. 14Los porquerizos huyeron y dieron la noticia en la ciudad y en los campos. Y la gente fue a ver qué había pasado. 15Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Y se asustaron. 16Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. 17Ellos le rogaban que se marchase de su comarca. 18Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. 19Pero no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti». 20El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

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