Este es el Cordero de Dios

Jueves de la II semana de Navidad, fiesta del Santísimo Nombre de Jesús

Jn 1,29-34

29 Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30 Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. 31 Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».

32 Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. 33 Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”. 34 Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».

El que viene detrás de mí

Miércoles de la segunda semana de Navidad

Jn 1,19-28

19 Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?». 20 Él confesó y no negó; confesó: «Yo no soy el Mesías». 21 Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo: «No lo soy». «¿Eres tú el Profeta?». Respondió: «No». 22 Y le dijeron: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?». 23 Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías». 24 Entre los enviados había fariseos 25 y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». 26 Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, 27 el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia». 28 Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.

Encontraron a María, y a José y al niño. Y a los ocho días, le pusieron por nombre Jesús

Santa María Madre de Dios, martes de la octava de la Natividad del Señor

Lc 2,16-21

16 Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.

18 Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. 19 María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.

21 Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

El Verbo se hizo carne

Lunes, día VII de la Octava de la Natividad del Señor

Jn 1,1-18

Jn11 En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.

2 Él estaba en el principio junto a Dios.

3 Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.

4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

5 Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.

6 Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan:

7 este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.

8 No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.

9 El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.

10 En el mundo estaba; | el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.

11 Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.

12 Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.

13 Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, | ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.

14 Y el Verbo se hizo carne y habi-tó entre nosotros, y hemos contem-plado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

15 Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».

16 Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.

17 Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.

18 A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Los padres de Jesús lo encontraron en medio de los maestros

Domingo de la Sagrada Familia: Jesús, María y José

Lc 2,41-52

41 Sus padres solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. 42 Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre 43 y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. 44 Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; 45 al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. 46 Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47 Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. 48 Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». 49 Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». 50 Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. 51 Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. 52 Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.