25-11 Santa Catalina de Alejandría

Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir
San Mercurio, mártir
San Moisés, presbítero y mártir
San Pedro de Alejandría y compañeros, mártires
San Márculo de Numidia, obispo y mártir
San Maurino, mártir
Beata Beatriz de Ornacieux, virgen
Beata Isabel Achler «la buena», virgen y reclusa
San Pedro Yi Ho-yong, catequista mártir
Beatos Jacinto Serrano López y Santiago Meseguer Burillo, religiosos mártires

Vio una viuda pobre que echaba dos monedillas.

Lunes de la XXXIV semana del tiempo ordinario, feria o santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir, memoria libre.

Dan 1,1-6.8-20
Salmo: Dan 3,52-56
Lc 21,1-4

21 1Alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; 2vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, 3y dijo: «En verdad os digo que esa pobre viuda ha echado más que todos, 4porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.

Domingo de la XXXIV semana o última del tiempo ordinario. Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

2 Sam 5,1-3
Sal 121
Col 1,12-20
Lc 23,35-43

35El pueblo estaba mirando, pero los magistrados le hacían muecas diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido». 36Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, 37diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». 38Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos». 39Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». 40Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? 41Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo». 42Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». 43Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

24-11 San Andrés Dung-Lac

Santos Andrés Dung Lac y 116 compañeros, mártires
San Crisógono, mártir
Santa Firmina, mártir
San Protasio de Milán, obispo
San Romano de Blaye, presbítero
San Porciano, abad
San Colmano de Cloyne, obispo
Santas Flora y María, vírgenes y mártires
San Alberto de Lovaina, obispo y mártir
Beato Balsamo, abad
Santos Pedro Dumoulin-Borie, Pedro Vo Dang Khoa y Vicente Ngyen Tho Diem, mártires
Beata María Ana Sala, virgen
Beatas Nicetas de Santa Prudencia Plaja Xifra y once compañeras, vírgenes y mártires
Beato Félix Alonso Muñiz, presbítero y mártir

23-11 San Clemente I

San Columbano de Luxeuil y de Bobbio, abad
San Clemente I Romano, papa mártir
Santa Felicidad, mártir
Santa Mustiola, mártir
San Sisinio de Cícico, obispo y mártir
San Clemente de Metz, obispo
Santa Lucrecia de Mérida, mártir
San Anfiloquio de Iconio, obispo
San Severino de París, recluso
San Gregorio de Agrigento, obispo
San Trudón, presbítero
Beata Margarita de Saboya, viuda y fundadora
Santa Cecilia Yu So-sa, mártir
Beato Miguel Agustín Pro, presbítero y mártir
Beata María Cecilia Cendoya y Araquistain, virgen y mártir
Beato Alexandre de Barcelona, presbítero y mártir
Beata Enriqueta Alfieri, virgen

No es Dios de muertos, sino de vivos.

Sábado de la XXXIII semana del tiempo ordinario o Santa María en sábado, memoria libre o san Clemente I, papa y mártir, memoria libre o san Columbano, abad, memoria libre.

1 Mac 6,1-13
Sal 9
Lc 20,27-40

27Se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: 28«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano”. 29Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. 30El segundo 31y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. 32Por último, también murió la mujer. 33Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer». 34Jesús les dijo: «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, 35pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. 36Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección. 37Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. 38No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos». 39Intervinieron unos escribas: «Bien dicho, Maestro». 40Y ya no se atrevían a hacerle más preguntas.

22-11 Santa Cecilia de Roma

Santa Cecilia, virgen y mártir
Santos Filemón y Apia, santos del NT
San Ananías, mártir
San Benigno de Milán, obispo
San Pragmacio de Autún, obispo
Beatos Salvador Lillo, Juan, y seis compañeros, mártires
Beato Tomás Reggio, obispo
San Pedro Esqueda Ramírez, presbítero y mártir
Beatos Elías Torrijo Sánchez y Bertrán Lahoz Moliner, religiosos mártires
Beato Ferrán María Llovera Puigsech, presbítero y mártir
Beata Anna Kolesárová, mártir

Habéis hecho de la casa de Dios una «cueva de bandidos».

Viernes de la XXXIII semana del tiempo ordinario. Santa Cecilia, virgen y mártir, memoria obligatoria.

1 Mac 4,36-37.52-59
Salmo: 1 Crón 29,10-12
Lc 19,45-58

45Después entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, 46diciéndoles: «Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”». 47Todos los días enseñaba en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, 48pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.

¡Si conocieras lo que conduce a la paz!

Jueves de la XXXIII semana del tiempo ordinario. Presentación de la Bienaventurada Virgen María, memoria obligatoria.

1 Mac 2,15-29
Sal 49
Lc 19,41-44

41Al acercarse y ver la ciudad, lloró sobre ella, 42mientras decía: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. 43Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, 44te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».