Todo se lo exponía con parábolas

VIERNES DE LA III SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, SAN JUAN BOSCO, PRESBÍTERO, MEMORIA OBLIGATORIA.

2Sam 11,1-4a.5-10.13-17
Sal 50,3-4.5-6a.6b-7.10-11
Mc 4,26-34

26Y decía: «El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. 27Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. 28La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. 29Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega». 30Dijo también: «¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? 31Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, 32pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra». 33Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. 34Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

La medida que uséis la usarán con vosotros

JUEVES DE LA III SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA.

2Sam 7,18-19.24-29
Sal 131,1-2.3-5.11.12.13-14
Mc 4,21-25

21Les decía: «¿Se trae la lámpara para meterla debajo del celemín o debajo de la cama?, ¿no es para ponerla en el candelero? 22No hay nada escondido, sino para que sea descubierto; no hay nada oculto, sino para que salga a la luz. 23El que tenga oídos para oír, que oiga». 24Les dijo también: «Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. 25Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene».

El quie tenga oídos para oír, que oiga

MIÉRCOLES DE LA III SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA.

2Sam 7,4-17
Sal 88,4-5.27-28.27-28.29-30
Mc 4,1-20

Mc4 1Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en tierra junto al mar. 2Les enseñaba muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos: 3«Escuchad: salió el sembrador a sembrar; 4al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. 5Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; 6pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. 7Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, la ahogaron y no dio grano. 8El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno». 9Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga». 10Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas. 11Él les dijo: «A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en parábolas, 12para que “por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”». 13Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás? 14El sembrador siembra la palabra. 15Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. 16Hay otros que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra enseguida la acogen con alegría, 17pero no tienen raíces, son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumben. 18Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; estos son los que escuchan la palabra, 19pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. 20Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno».

Estos son mi madre y mis hermanos

MARTES DE LA III SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. SANTO TOMÁS DE AQUINO, PRESBÍTERO Y DOCTOR DE LA IGLESIA, MEMORIA OBLIGATORIA.

2Sam 6,12b-15.17-19
Sal 23,7.8.9.10
Mc 3,31-35

31Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar. 32La gente que tenía sentada alrededor le dice: «Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». 33Él les pregunta: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». 34Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. 35El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Todo se les podrá perdonar a los hombres.

LUNES DE LA III SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. SANTA ÁNGELA DE MÉRICI, VIRGEN, MEMORIA LIBRE.

2Sam 5,1-7,10
Sal 88,20.21a.21b-22.25-26
Mc 3,22-30

22Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios». 23Él los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas: «¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? 24Un reino dividido internamente no puede subsistir; 25una familia dividida no puede subsistir. 26Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. 27Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa. 28En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; 29pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre». 30Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.

Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.

DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO, SOLEMNIDAD.

JORNADA Y COLECTA DE LA INFANCIA MISIONERA.

Is 8,23b-9,3
Sal 26,1.4.13-14
1Cor 1,10-13,17
Mt 4,12-23

12Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. 13Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, 14para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías: 15«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. 16El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló». 17Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». 18Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores. 19Les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». 20Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. 21Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. 22Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. 23Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.

SÁBADO DE LA II SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. CONVERSIÓN DE SAN PABLO, APÓSTOL, FIESTA.

Fiesta de la Conversión de San Pablo, apóstol. Viajando hacia Damasco, en actual Siria, cuando aún maquinaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, el mismo Jesús glorioso se le reveló en el camino y lo eligió para que, lleno del Espíritu Santo, anunciase el Evangelio de la salvación a los gentiles. Sufrió muchas dificultades a causa del nombre de Cristo.

Hch 22,3-16 o bien Hch 9,1-22
Sal 116,1.2
Mc 16,15-18

15Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. 16El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. 17A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, 18cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Llamó a los que quiso y se fueron con él.

VIERNES DE LA II SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. SAN FRANCISCO DE SALES, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA, MEMORIA OBLIGATORIA.

1Sam 24,3-21
Sal 56,2.3-4.6.11
Mc 3,13-19

13Jesús subió al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él. 14E instituyó doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, 15y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios: 16Simón, a quien puso el nombre de Pedro, 17Santiago el de Zebedeo, y Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso el nombre de Boanerges, es decir, los hijos del trueno, 18Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el de Caná 19y Judas Iscariote, el que lo entregó.

Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

JUEVES DE LA II SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. SAN ILDEFONSO, OBISPO, MEMORIA OBLIGATORIA.

1Sam 18,6-9;19,1-7
Sal 55,2-3.9-10.11-12.13
Mc 3,7-12

7Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea. 8Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón. 9Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío. 10Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. 11Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». 12Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?

MIÉRCOLES DE LA II SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. SAN VICENTE, DIÁCONO Y MÁRTIR, MEMORIA OBLIGATORIA.

1Sam 17,32-33.37.40-51
Sal 143,1.2.9-10
Mc 3,1-6

3 1Entró otra vez en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. 2Lo estaban observando, para ver si lo curaba en sábado y acusarlo. 3Entonces le dice al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio». 4Y a ellos les pregunta: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?». Ellos callaban. 5Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano». La extendió y su mano quedó restablecida. 6En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para acabar con él.