Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO, SOLEMNIDAD.

Is 49,3.5-6
Sal 39,2.4ab.7.8-9
1Cor 1,1-3
Jn 1,29-34

29Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. 31Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel». 32Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. 33Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”. 34Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».

No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

SÁBADO DE LA I SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA.

1Sam 9,1-4.17-19;10,1a
Sal 20,2-3.4-5.6-7
Mc 2,13-17

13Salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y les enseñaba. 14Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice: «Sígueme». Se levantó y lo siguió. 15Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran ya muchos los que lo seguían. 16Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos: «¿Por qué come con publicanos y pecadores?». 17Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

El hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.

VIERNES DE LA I SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, SAN ANTONIO ABAD, MEMORIA OBLIGATORIA.

1Sam 8,4-7.10-22a
Sal 88,16-17.18-19
Mc 2,1-12

2 1Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. 2Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Y les proponía la palabra. 3Y vinieron trayéndole un paralítico llevado entre cuatro 4y, como no podían presentárselo por el gentío, levantaron la techumbre encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. 5Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados». 6Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: 7«¿Por qué habla este así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo uno, Dios?». 8Jesús se dio cuenta enseguida de lo que pensaban y les dijo: «¿Por qué pensáis eso? 9¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate, coge la camilla y echa a andar”? 10Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —dice al paralítico—: 11“Te digo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa”». 12Se levantó, cogió inmediatamente la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto una cosa igual».

La lepra se le quitó, y quedó limpio

JUEVES DE LA I SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA.

1Sam 4,1-11
Sal 43,10-11.14-15.24-25
Mc 1,40-45

40Se le acerca un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme». 41Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero: queda limpio». 42La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. 43Él lo despidió, encargándole severamente: 44«No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio». 45Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.

Curó a muchos enfermos de distintos males.

MIÉRCOLES DE LA I SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA.

1Sam 3,1-10.19-20.
Sal 39,2a.5.7.8-9.
Mc 1,29-39.

29Y enseguida, al salir ellos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. 30La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. 31Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. 32Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. 33La población entera se agolpaba a la puerta. 34Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. 35Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. 36Simón y sus compañeros fueron en su busca y, 37al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca». 38Él les responde: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido». 39Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

Les enseñaba con autoridad.

MARTES DE LA I SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA.

1Sam 1,9-20.
Salmo 1Sam 2,1.4-5.6-7.8abcd.
Mc 1,21b-28.

Entra en la sinagoga a enseñar; 22estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. 23Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar: 24«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios». 25Jesús lo increpó: «¡Cállate y sal de él!». 26El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. 27Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen». 28Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Convertíos y creed en el Evangelio.

LUNES DE LA I SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA O SAN HILARIO, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA.

1S 1,1-8.
Sal 115,12-13.14.17.
Mc 1,14-20

14Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; 15decía: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio». 16Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. 17Jesús les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». 18Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. 19Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. 20A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

Se bautizó Jesús y vio que el Espíritu de Dios se posaba sobre él.

Fiesta del Bautismo del Señor.

Fiesta del Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo, en el que maravillosamente es proclamado como Hijo amado de Dios, las aguas son santificadas, el hombre es purificado y se alegra toda la tierra.

Is 42,1-4.6-7
Sal 28,1-2.3ac-4.3b.9b-10
Hch 10,34-38
Mt 3,13-17

13Por entonces viene Jesús desde Galilea al Jordán y se presenta a Juan para que lo bautice. 14Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole: «Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?». 15Jesús le contestó: «Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia». Entonces Juan se lo permitió. 16Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. 17Y vino una voz de los cielos que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».

Y enseguida la lepra se le quitó.

Sábado de la II semana de Navidad, feria.

1 Jn 5,5-13
Sal 147,12-13.14-15.19-20
Lc 5,12-16

12Sucedió que, estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús, cayendo sobre su rostro, le suplicó diciendo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». 13Y extendiendo la mano, lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio». Y enseguida la lepra se le quitó. 14Y él le ordenó no comunicarlo a nadie; y le dijo: «Ve, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación según mandó Moisés, para que les sirva de testimonio». 15Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírlo y a que los curara de sus enfermedades. 16Él, por su parte, solía retirarse a despoblado y se entregaba a la oración.

Hoy se ha cumplido esta Escritura

Viernes de la II semana de Navidad, feria.

1 Jn 4,19-5,4
Sal 71,1-2.14.15c
Lc 4,14-22

14Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. 15Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. 16Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. 17Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: 18«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; 19a proclamar el año de gracia del Señor». 20Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él. 21Y él comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír». 22Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es este el hijo de José?».