¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Viernes de la VI semana de Pascua. Fiesta de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María, con motivo de su viaje al encuentro de su prima Isabel, que estaba embarazada de un hijo en su ancianidad, y a la que saludó. Al encontrarse gozosas las dos futuras madres, el Redentor que venía al mundo santificó a su precursor, que aún estaba en el seno de Isabel, y al responder María al saludo de su prima, exultante de gozo en el Espíritu Santo, glorificó a Dios con el cántico de alabanza del «Magnificat».

Lc 1,39-56

39 En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo 42 y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 43 ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? 44 Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. 45 Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

46 María dijo:

«Proclama mi alma la grandeza del Señor,

47 se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

48 porque ha mirado la humildad de su esclava. | Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

49 porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: | su nombre es santo,

50 y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

51 Él hace proezas con su brazo: | dispersa a los soberbios de corazón,

52 derriba del trono a los poderosos | y enaltece a los humildes,

53 a los hambrientos los colma de bienes | y a los ricos los despide vacíos.

54 Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia

55 —como lo había prometido a nuestros padres— | en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

56 María se quedó con ella unos tres meses y volvió a su casa.

Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría

Jueves de la VI semana de Pascua. San Fernando, fiesta para la diócesis de Córdoba.

Jn 16,16-20

16 Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver». 17 Comentaron entonces algunos discípulos: «¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy al Padre”?». 18 Y se preguntaban: «¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice». 19 Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver”? 20 En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.

El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena

Miércoles de la VI semana de Pascua.

Jn 16,12-15

12 Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; 13 cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. 14 Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará.

Si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito

Martes de la VI semana de Pascua.

Jn 16,5-11

5 Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿Adónde vas?”. 6 Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. 7 Sin embargo, os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré. 8 Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena*. 9 De un pecado, porque no creen en mí; 10 de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; 11 de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado.

El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí

Lunes de la VI semana de Pascua. San Agustín de Canterbury, obispo, memoria libre.

Jn 15,26-16,4a

26 Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; 27 y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.

Jn161 Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. 2 Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. 3 Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.

4 Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho.

El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho

Domingo VI de Pascua.

Jn 14,23-29

23 Respondió Jesús y le dijo: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. 24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. 25 Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, 26 pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.

27 La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. 28 Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. 29 Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.

No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo

Sábado de la V semana de Pascua. San Beda el Venerable, presbítero y doctor de la Iglesia, memoria libre. San Gregorio VII, papa, memoria libre. Santa María Magdalena de Pazzi, virgen, memoria libre.

Jn 15,18-21

18 Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. 19 Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. 20 Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. 21 Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.

Esto os mando: que os améis unos a otros

Viernes de la V semana de Pascua.

Jn 15,12-17

12 Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. 13 Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. 15 Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. 16 No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. 17 Esto os mando: que os améis unos a otros.

El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante

Miércoles de la V semana de Pascua. Santa Joaquina Vedruna, religiosa, o Santa Rita de Casia, religiosa, memoria libre.

Jn 15,1-8

Jn151 Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. 2 A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. 3 Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; 4 permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. 6 Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. 7 Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. 8 Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.