Sed perfectos como vuestro Padre celestial

SÁBADO DE LA I SEMANA DE CUARESMA O SANTAS PERPETUA Y FELICIDAD, MÁRTIRES, CONMEMORACIÓN.

Dt 26,16-19
Sal 118,1-2.4-5.7-8
Mt 5,43-48

43Habéis oído que se dijo: “‘Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”. 44Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, 45para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. 46Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? 47Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? 48Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.

No necesitan médico los sanos, sino los enfermos.

SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA.

Is 58,9b-14
Sal 85,1-2.3-4.5-6
Lc 5,27-32

27Después de esto, salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». 28Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. 29Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. 30Y murmuraban los fariseos y sus escribas diciendo a los discípulos de Jesús: «¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?». 31Jesús les respondió: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. 32No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».

Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán.

VIERNES DESPUÉS DE CENIZA.

Día de abstinencia.

Is 58,1-9a
Sal 50,3-4.5-6a.18-19
Mt 9,14-15

14Los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?». 15Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán.

El que pierda su vida por mi causa la salvará.

JUEVES DESPUÉS DE CENIZA.

Dt 30,15-20
Sal 1,1-2.3.4.6
Lc 9,22-25

22Porque decía: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día». 23Entonces decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. 24Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. 25¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?

Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

MIÉRCOLES DE CENIZA.

Día de ayuno y abstinencia.

Día de ceniza e inicio de la muy sagrada Cuaresma: he aquí que vienen días de penitencia para la remisión de los pecados, para la salvación de las almas; he aquí el tiempo favorable, en el que se asciende a la montaña santa de la Pascua.

Jl 2,12-18
Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17
2 Cor 5,20-6,2
Mt 6,1-6.16-18

Mt 6 1Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. 2Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. 3Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; 4así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 5Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. 6Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. 16Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga. 17Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, 18para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos.

MARTES DE LA VII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA.

Sant 4,1-10
Sal 54,7-8.9-10.10b-11.23.
Mc 9,30-37

30Se fueron de allí y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, 31porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará». 32Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. 33Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?». 34Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. 35Se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». 36Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: 37«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Creo, Señor, pero ayuda mi falta de fe.

LUNES DE LA VII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA.

Sant 3,13-18
Sal 18,8.9.10.15.
Mc 9,14-29

14Cuando volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos. 15Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. 16Él les preguntó: «¿De qué discutís?». 17Uno de la gente le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; 18y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces». 19Él, tomando la palabra, les dice: «¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo». 20Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos. 21Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?». Contestó él: «Desde pequeño. 22Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos». 23Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe». 24Entonces el padre del muchacho se puso a gritar: «Creo, pero ayuda mi falta de fe». 25Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él». 26Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto. 27Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie. 28Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?». 29Él les respondió: «Esta especie solo puede salir con oración».

Amad a vuestro enemigos.

DOMINGO VII DEL TIEMPO ORDINARIO, SOLEMNIDAD.

Lev 19,1-2.17-18.
Sal 102,1-2.3-4.8.10.
1 Co 3,16-23.
Mt 5,38-48.

38Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. 39Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; 40al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; 41a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; 42a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. 43Habéis oído que se dijo: “‘Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”. 44Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, 45para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. 46Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? 47Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? 48Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.

Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.

SÁBADO DE LA VI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, CÁTEDRA DE SAN PEDRO, APÓSTOL, FIESTA.

1 Pe 5,1-4
Sal 22,1-3.4.5.6.
Mt 16,13-19

13Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». 14Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». 15Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». 16Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo». 17Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. 19Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

El que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.

Sant 2,14-24.26
Sal 111,1-2.3-4.5-6
Mc 8,34-9,1

4Y llamando a la gente y a sus discípulos les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. 35Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. 36Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? 37¿O qué podrá dar uno para recobrarla? 38Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles». 9 1Y añadió: «En verdad os digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios en toda su potencia».