¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis!

Martes de la I semana de adviento.

Is 11,1-10
Sal 71,1-2.7-8.12-13.17
Lc 10,21-24

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

21En aquella hora, se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. 22Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». 23Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! 24Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».

Palabra del Señor.

¡Velad!

Domingo I de Adviento.

Is 63,16b-17,19b:64,2b-7
Sal 79,2ac.3bc,15-16,18-19
1Co 1,3-9
Mc 13,33-37

Lectura del santo Evangelio según san Marcos:

33Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. 34Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. 35Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: 36no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. 37Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!».

Palabra del Señor.

Estad despiertos en todo tiempo

Sábado de la XXXIV semana del tiempo ordinario.

Ap 22,1-7
Sal 94,1-2.3-5.6-7
Lc 21.34-36

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

34Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; 35porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. 36Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

Palabra del Señor.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán

Viernes de la XXXIV semana del tiempo ordinaria.

Ap 20,1-4.11-21,2
Sal 83,3.4.5-6
Lc 21,29-33

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

29Y les dijo una parábola: «Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: 30cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano. 31Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. 32En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. 33El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Palabra del Señor.

Se acerca vuestra liberación

Jueves de la XXXIV semana del tiempo ordinario.

Ap 18,1-2.21-23;19,1-3.9a
Sal 99,2.3.4.5
Lc 21,20-28

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

20Y cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción. 21Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; 22porque estos son días de venganza para que se cumpla todo lo que está escrito. 23¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo. 24Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por gentiles, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles. 25Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, 26desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. 27Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. 28Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».

Palabra del Señor.

Os odiarán a causa de mi nombre

Miércoles de la XXXIV semana del tiempo ordinario. Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir, memoria libre.

Ap 15,1-4
Sal 97,1.2-3ab.7-8.9
Lc 21,12-19

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

12Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. 13Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. 14Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, 15porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. 16Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, 17y todos os odiarán a causa de mi nombre. 18Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; 19con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

Palabra del Señor.

Llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra

Martes de la XXXIV semana del tiempo ordinario. Santos Andrés Dung-Lac, presbítero y compañeros mártires, memoria obligatoria.

Ap 14,14-19
Sal 95,10.11-12.13
Lc 21,5-11

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

5Y como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo: 6«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida». 7Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?». 8Él dijo: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. 9Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida». 10Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, 11habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.

Palabra del Señor.

Ha echado lo que tenía para vivir

Lunes de la XXXIV semana del tiempo ordinario.

Ap 14,1-3.4b-5
Sal 23,1-2.3-4ab.5-6
Lc 21,1-4

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

211Alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; 2vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, 3y dijo: «En verdad os digo que esa pobre viuda ha echado más que todos, 4porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Palabra del Señor.

Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis

Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario. Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

Ez 34,11-12.5-17
Sal 22,1-2a.2b-3.5.6
1Co 15,20-26a.28
Mt 25,31-46

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

31«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria 32y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. 33Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. 34Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. 35Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, 36estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. 37Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; 38¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; 39¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. 40Y el rey les dirá: “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”. 41Entonces dirá a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, 43fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”. 44Entonces también estos contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”. 45Él les replicará: “En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”. 46Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».

Palabra del Señor.

No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos

Sábado de la XXXIII semana del tiempo ordinario. Memoria obligatoria de la Presentación de la Bienavanturada virgen María

Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

27Se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: 28«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano”. 29Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. 30El segundo 31y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. 32Por último, también murió la mujer. 33Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer». 34Jesús les dijo: «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, 35pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. 36Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección. 37Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. 38No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos». 39Intervinieron unos escribas: «Bien dicho, Maestro». 40Y ya no se atrevían a hacerle más preguntas.

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