Elías ya ha venido y no lo reconocieron

Sábado de la II semana de adviento. Bienaventurada Virgen María de Guadalupe, memoria libre.

Sir 48,1-4.9-11
Sal 79,2ac.3b.15-16.18-19
Mt 17,10-13

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

10Los discípulos le preguntaron: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?». 11Él les contestó: «Elías vendrá y lo renovará todo. 12Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos». 13Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.

Palabra del Señor.

La sabiduría se ha acreditado por sus obras

Viernes de la II semana de adviento. San Dámaso I, papa, memoria libre.

Is 48,17-19
Sal 1,1-2.3.4.6
Mt 11,16-19

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

16¿A quién compararé esta generación? Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: 17“Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”. 18Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. 19Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».

Palabra del Señor.

El que tenga oídos, que oiga

Jueves de la II semana de adviento. Bienaventurada Virgen María de Loreto, memoria libre. Santa Eulalia de Mérida, virgen y mártir, memoria libre.

Is 41,13-20
Sal 144,1.9.10-11.12-13ab
Mt 11,11-15

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

11En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. 12Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. 13Los Profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; 14él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo. 15El que tenga oídos, que oiga.

Palabra del Señor.

Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón

Miércoles de la II semana de adviento. San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, memoria libre.

Is 40,25-31
Sal 102,1-2.3-4.8.10
Mt 11,28-30

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

28Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. 29Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. 30Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo

Martes II de adviento. Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María.

Gn 3,9-15.20
Sal 97,1.2-3ab.3c-4
Ef 1,3-6.11-12
Lc 1,26-38

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

26En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 28El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». 29Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. 30El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. 31Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». 34Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». 35El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. 36También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, 37porque para Dios nada hay imposible». 38María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró.

Viendo la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados están perdonados»

Lunes II de adviento. San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia, memoria obligatoria.

Is 35,1-10
Sal 84,9ab.10.11-12.13-14
Lc 5,17-26

Lectura del santo Evangelio según san Lucas:

17Un día estaba él enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones. 18En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. 19No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. 20Él, viendo la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados están perdonados». 21Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos: «¿Quién es este que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?». 22Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo: 23«¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? 24Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico—: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”». 25Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios. 26El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto maravillas».

Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos

Domingo II de adviento.

Is 40,1-5.9-11
Sal 84,9ab-10.11-12.13-14
2Pe 3,8-14
Mc 1,1-8

Lectura del santo Evangelio según san Marcos:

11Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. 2Como está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino; 3voz del que grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos”»; 4se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. 5Acudía a él toda la región de Judea y toda la gente de Jerusalén. Él los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus pecados. 6Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. 7Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. 8Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».

Palabra del Señor.

La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos

Sábado de la I semana de adviento.

Is 30,19-21.23-26
Sal 146,1-2.3-4.5-6
Mt 9,35-10,1.6-8

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

35Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia. 36Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor». 37Entonces dice a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; 38rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies». 10 1Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia. 5A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: 6id a las ovejas descarriadas de Israel. 7Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. 8Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis.

Palabra del Señor.

No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos

Jueves de la I semana de adviento. San Francisco Javier, presbítero, memoria obligatoria.

Is 26,1-6
Sal 117,1.8-9.19-21.25-27a
Mt 7,21.24-27

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

21No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 24El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. 25Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. 26El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. 27Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande».

Siento compasión de la gente

Miércoles de la I semana de adviento.

Is 25,6-10a
Sal 22,1-3a.3b-4.5.6
Mt 15,29-37

Lectura del santo Evangelio según san Mateo:

29Desde allí Jesús se dirigió al mar de Galilea, subió al monte y se sentó en él. 30Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los ponían a sus pies y él los curaba. 31La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel. 32Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino». 33Los discípulos le dijeron: «¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?». 34Jesús les dijo: «¿Cuántos panes tenéis?». Ellos contestaron: «Siete y algunos peces». 35Él mandó a la gente que se sentara en el suelo. 36Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente. 37Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete canastos llenos.

Palabra del Señor.