No es Dios de muertos, sino de vivos.

Domingo XXXII del tiempo ordinario.

2 Mac 7,1-2.9-14
Sal 16
2 Tes 2,16-3,5
Lc 20,27-38

27Se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: 28«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano”. 29Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. 30El segundo 31y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. 32Por último, también murió la mujer. 33Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer». 34Jesús les dijo: «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, 35pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. 36Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección. 37Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. 38No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».

10-11 San León I Magno

San León I Magno, papa y doctor de la Iglesia
San Demetriano de Antioquía, obispo y confesor
San Orestes, mártir
San Probo de Ravena, obispo
Santos Narsete y José, mártires
San Justo de Canterbury, obispo
San Baudelino, eremita
San Andrés Avellino, religioso presbítero
Beato Acisclo Pina Piazuelo, religioso y mártir
Beatas Manuela del Sagrado Corazón de Jesús y veintidós compañeras, vírgenes y mártires
Beata Natividad Medes Ferrís, virgen y mártir
Beatos Juan Prassek, Hermann Lange y Eduardo Müller, presbíteros y mártires

09-11 Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán

Dedicación de la basílica de Letrán
San Ursino de Bourges, obispo
San Agripino de Nápoles, obispo
San Vitón de Verdún, obispo
Santas Eustolia y Sopatra, vírgenes
San Jorge de Lodève, obispo
Beata Juana de Signa, virgen
Beato Gabriel Ferretti, religioso presbítero
Beato Luis Morbioli, penitente
Beato Gracias de Cátaro, religioso
Beato Jorge Napper, presbítero y mártir
Beata Carmen del Niño Jesús González Ramos, viuda y fundadora
Santa Isabel de la Santísima Trinidad Catez, virgen
Beatos Francisco José Marín López de Arroyave y tres compañeros, religiosos mártires
Beata Micaela Baldoví Trull, abadesa y mártir
Beato Enrique Hlebowicz, presbítero y mártir
Beato Luis Beltrame Quattrocchi, padre de familia

Hablaba del templo de su cuerpo.

Sábado de la XXXI semana del tiempo ordinario. Dedicación de la Basílica de Letrán, fiesta.

Fiesta de la Dedicación de la basílica de Letrán en honor de Cristo Salvador, construida por el emperador Constantino como sede de los obispos de Roma. Su anual celebración en toda la Iglesia latina es un signo permanente de amor y de unidad con el Romano Pontífice.

Ez 47,1-2.8-9.12
Sal 45
Jn 2,13-22

13Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. 14Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, 15haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; 16y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre». 17Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora». 18Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?». 19Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré». 20Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?». 21Pero él hablaba del templo de su cuerpo. 22Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz.

Viernes de la XXXI semana del tiempo ordinario, feria.

Rom 15,14-21
Sal 97
Lc 16,1-8

16 1Decía también a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes. 2Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”. 3El administrador se puso a decir para sí: “¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. 4Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. 5Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: 6“¿Cuánto debes a mi amo?”. Este respondió: “Cien barriles de aceite”. Él le dijo: “Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. 7Luego dijo a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?”. Él dijo: “Cien fanegas de trigo”. Le dice: “Toma tu recibo y escribe ochenta”. 8Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz.

08-11 San Adeodato I

Santos «Cuatro Coronados» y Simplicio, mártires
San Claro, monje y presbítero
San Adeodato I, papa
San Wilehado de Bremen, obispo
San Godofredo de Amiéns, obispo
Beato Juan Duns Escoto, religioso presbítero
Beata María Crucificada Satellico, abadesa
Santos José Nguyên Dinh Nghi, Pablo Nguyên Ngân, Martín Ta Dúc Thinh, Martín Tho y Juan Bautista Con, mártires
Beato Antolín Pablos Villanueva, presbítero y mártir

07-11 San Ernesto de Zwiefalten

San Prosdócimo de Padua, obispo
San Atenodoro de Neocesarea, obispo
San Amaranto, mártir
San Hierón y sus numerosos compañeros, mártires
San Herculano de Perugia, obispo y mártir
San Baldo de Tours, obispo
San Cungaro, abad
San Florencio de Estrasburgo, obispo
San Wilibordo de Utrecht, abad y obispo
San Lázaro el estilita, monje
San Engelberto de Colonia, obispo
Beato Antonio Baldinucci, religioso presbítero
Santos Jacinto María Castañeda y Vicente Lê Quang Liêm, presbíteros y mártires
San Pedro Wu Guosheng, catequista mártir
San Vicente Grossi, presbítero y fundador
Beatos Isabelino Carmona Fernández y cinco compañeros, mártires
Beato José Vega Riaño, presbítero y mártir
Beato Serviliano Riaño Herrero, religioso y mártir
San Ernesto de Zwiefalten, abad y mártir

Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta.

Jueves de la XXXI semana del tiempo ordinario, feria.

Rom 14,7-12
Sal 26
Lc 15,1-10

15 1Solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. 2Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos». 3Jesús les dijo esta parábola: 4«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? 5Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; 6y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. 7Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. 😯 ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? 9Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. 10Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».

06-11 San Severo de Barcelona

Mártires del siglo XX en España
San Félix de Toniza, mártir
San Pablo de Constantinopla, obispo y mártir
San Melanio de Rennes, obispo
San Iltuto, abad
San Leonardo, eremita
Santos Calinizo, Himerio, Teodoro y siete compañeros, mártires
San Severo de Barcelona, obispo y mártir
San Protasio de Lausanne, obispo
San Winoco, abad
San Esteban de Apt, obispo
San Teobaldo, presbítero
Beata Cristina de Stommeln, virgen
Beato Tomás de San Agustín Kintsuba Jihyoe, presbítero y mártir

Aquel que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.

Miércoles de la XXXI semana del tiempo ordinario. Santos Pedro Poveda Castroverde e Inocencio de la Inmaculada Canoura Arnau, presbíteros y compañeros mártires, memoria obligatoria. En Córdoba celebramos el aniversario de la muerte de Monseñor José Antonio Infantes Florido, obispo, emérito (2005).

Rom 13,8-10
Sal 111
Lc 14,25-33

25Mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: 26«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. 27Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío. 28Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? 29No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, 30diciendo: “Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”. 31¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil? 32Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. 33Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.