Sígueme. Él se levantó y lo siguió.

Sábado de la XXIV semana del tiempo ordinario. San Mateo, apóstol y evangelista, fiesta.

Ef 4,1-7.11-13
Sal 18
Mt 9,9-13

9Al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió. 10Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos. 11Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?». 12Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. 13Andad, aprended lo que significa “Misericordia quiero y no sacrificio”: que no he venido a llamar a justos sino a pecadores».

21-09 San Mateo Evangelista

San Mateo, apóstol y evangelista
San Jonás, santo del AT
San Cuadrado, apologista
San Pánfilo, mártir
San Alejandro de Roma, mártir
Santos Eusebio, Nestabi, Zenón y Néstor, mártires
San Cástor de Apt, obispo
San Cadoc, abad
San Landelino, monje
San Gerulfo, mártir
Santa Maura, virgen
Beato Marcos de Módena Scalabrini, religioso presbítero
Santos Francisco Jaccard y Tomás Trân Van Thiên, mártires
Santos Lorenzo Imbert, Pedro Maubant y Jacobo Chastan, mártires
Beatos Vicente Galvis Gironés y Manuel Torró García, mártires
Beatos Eugenio García Pampliega y Vicente Pastor Garrido, presbíteros y mártires

20-09 San Andrés Kim Taegón

Santos Andrés Kim Taegon, Pablo Chong Hasang y compañeros, mártires
San Dorimedonte, mártir
San Eustaquio, mártir
Santos Hipacio, Asiano y Andrés, mártires
Santo Adelpreto de Trento, obispo y mártir
Beato Tomás Johnson, presbítero y mártir
Beato Francisco de Posadas, presbítero
San Juan Carlos Cornay, presbítero y mártir
Santos Lorenzo Han I-hyong, y seis compañeros, mártires
San José María de Yermo y Parres, presbítero y fundador
Beata María Teresa de San José Tauscher, virgen y fundadora

Las mujeres iban con ellos, y les servían con sus bienes

Viernes de la XXIV semana del tiempo ordinario. Santos Andrés Kim Taegon, presbítero, Pablo Chong Hasang, y compañeros, mártires, memoria obligatoria.

1 Tim 6,2c-12
Sal 48
Lc 8,1-3

Lc81Después de esto iba él caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, 2y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; 3Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.

Sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho

Jueves de la XXIV semana del tiempo ordinario, feria o san Jenaro, obispo y mártir, memoria libre

1 Tim 4,12-16
Sal 110
Lc 7,36-50

36Un fariseo le rogaba que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. 37En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, 38colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. 39Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora». 40Jesús respondió y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». Él contestó: «Dímelo, Maestro». 41«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. 42Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?». 43Respondió Simón y dijo: «Supongo que aquel a quien le perdonó más». Y él le dijo: «Has juzgado rectamente». 44Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. 45Tú no me diste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. 46Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. 47Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco». 48Y a ella le dijo: «Han quedado perdonados tus pecados». 49Los demás convidados empezaron a decir entre ellos: «¿Quién es este, que hasta perdona pecados?». 50Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz».

19-09 Santa Emilia de Rodat

San Jenaro de Benevento, obispo y mártir
San Trófimo, mártir
Santos Peleo, Nilo, Elías y Patermucio, mártires
San Eustoquio de Tours, obispo
San Secuano, abad y presbítero
San Mariano, eremita
San Goerico de Metz, obispo
San Teodoro de Canterbury, monje y obispo
Santa Pomposa, virgen y mártir
San Lantberto de Frisinga, obispo
San Ciríaco, abad
San Arnulfo de Gap, obispo
Santa María de Cervelló, virgen
San Alonso de Orozco, religioso presbítero
San Carlos Hyon Song-mun, catequista mártir
Santa María Guillerma Emilia de Rodat, virgen y fundadora
Beato Jacinto Hoyuelos González, religioso y mártir
Beata Francisca Cualladó Baixauli, virgen y mártir
Beatas María de Jesús de la Iglesia y de Varo, María Dolores y su hermana Consuelo Aguiar-Mella y Díaz, religiosas mártires

Hemos tocado y no habéis bailado, hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado

Miércoles de la XXIV semana del tiempo ordinario, feria.

1 Tim 3,14-16
Sal 110
Lc 7,31-35

31«¿A quién, pues, compararé los hombres de esta generación? ¿A quién son semejantes? 32Se asemejan a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros aquello de: “Hemos tocado la flauta | y no habéis bailado, | hemos entonado lamentaciones, | y no habéis llorado” 33Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y decís: “Tiene un demonio”; 34vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: “Mirad qué hombre más comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”. 35Sin embargo, todos los hijos de la sabiduría le han dado la razón».

18-09 San José de Cupertino

San Océano, mártir
Santa Ariadna, mártir
San Ferréolo, mártir
San Eustorgio I de Milán, obispo
San Senario de Avranches, obispo
San Ferréolo de Limoges, obispo
San Eumenio de Gortina, obispo
Santa Ricarda, reina
San José de Cupertino, religioso presbítero
Santo Domingo Trach, presbítero y mártir
Beatos David Okelo y Gildo Irwa, catequistas mártires
Beato Carlos Eraña Guruceta, religioso y mártir
Beatos Fernando García Sendra y José García Mas, presbíteros y mártires
Beatos Ambrosio Chuliá Ferrandis, Valentín Jaunzarás Gómez, Francisco Lerma Martínez, Ricardo López Mora y Modesto Gay Zarzo, religiosos mártires
Beato José Kut, presbítero y mártir

17-09 Santa Columba de Córdoba

San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia
San Sátiro, laico
San Lamberto de Maastricht, obispo y mártir
San Rodingo, abad
Santa Columba, virgen y mártir
San Reinaldo, eremita
Santa Hildegardis, virgen y doctora de la Iglesia
Beato Querubín Testa, religioso presbítero
San Pedro Arbués, presbítero y mártir
San Estanislao de Jesús y María Papczynski, presbítero y fundador
San Manuel Nguyen Van Triêu, presbítero y mártir
San Francisco María de Camporosso, religioso
San Segismundo Félix Felinski, obispo y fundador
Beato Juan Ventura Solsona, presbítero y mártir
Beato Timoteo Valero Pérez, presbítero y mártir
Beato Segismundo Sajna, presbítero y mártir
Beata Leonella Sgorbati, religiosa mártir

¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!

Martes de la XXIV semana del tiempo ordinario, feria, o san Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia, memoria libre.

1 Tim 3,1-13
Sal 100
Lc 7,11-17

11Poco tiempo después iba camino de una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío. 12Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. 13Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo: «No llores». 14Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!». 15El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre. 16Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». 17Este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la comarca circundante.