Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que «Yo soy»

Martes de la V semana de Cuaresma.

Jn 8,21-30

21 De nuevo les dijo: «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros». 22 Y los judíos comentaban: «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?». 23 Y él les dijo: «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. 24 Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que “Yo soy”, moriréis en vuestros pecados». 25 Ellos le decían: «¿Quién eres tú?». Jesús les contestó: «Lo que os estoy diciendo desde el principio. 26 Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él». 27 Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. 28 Y entonces dijo Jesús: «Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. 29 El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».

30 Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Yo soy la luz del mundo

Lunes de la V semana de Cuaresma.

Jn 8,12-20

12 Jesús les habló de nuevo diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». 13 Le dijeron los fariseos: «Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero». 14 Jesús les contestó: «Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y adónde voy; en cambio, vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy. 15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; 16 y, si juzgo yo, mi juicio es legítimo, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado, el Padre; 17 y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. 18 Yo doy testimonio de mí mismo, y además da testimonio de mí el que me ha enviado, el Padre». 19 Ellos le preguntaban: «¿Dónde está tu Padre?». Jesús contestó: «Ni me conocéis a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre».

20 Jesús tuvo esta conversación junto al arca de las ofrendas, cuando enseñaba en el templo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.

El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra

Domingo de la V semana de Cuaresma.

Jn 8,1-11

Jn81 Por su parte, Jesús se retiró al monte de los Olivos. 2 Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. 3 Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, 4 le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. 5 La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?». 6 Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.

7 Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra». 8 E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. 9 Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante. 10 Jesús se incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?». 11 Ella contestó: «Ninguno, Señor».

Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».

¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?

Sábado de la IV semana de Cuaresma.

Jn 7,40-53

40 Algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: «Este es de verdad el profeta». 41 Otros decían: «Este es el Mesías». Pero otros decían: 42 «¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?».

43 Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. 44 Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima. 45 Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron: «¿Por qué no lo habéis traído?». 46 Los guardias respondieron: «Jamás ha hablado nadie como ese hombre». 47 Los fariseos les replicaron: «¿También vosotros os habéis dejado embaucar? 48 ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? 49 Esa gente que no entiende de la ley son unos malditos».

50 Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: 51 «¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?».

52 Ellos le replicaron: «¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas».

53 Y se volvieron cada uno a su casa.

Intentaban agarrarlo, pero todavía no había llegado su hora

Viernes de la IV semana de Cuaresma. San Vicente Ferrer, presbítero, conmemoración.

Jn 7,1-2.10.25-30

Jn71 Después de estas cosas, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. 2 Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. 10 Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.

25 Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: «¿No es este el que intentan matar? 26 Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? 27 Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».

28 Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; 29 yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado».

30 Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.