Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre

Viernes de la VII semana del tiempo ordinario.

Mc 10,1-12

Mc101 Y desde allí se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba.

2 Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?». 3 Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?». 4 Contestaron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». 5 Jesús les dijo: «Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. 6 Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. 7 Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer 8 y serán los dos una sola carne.

De modo que ya no son dos, sino una sola carne. 9 Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

10 En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. 11 Él les dijo: «Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. 12 Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».