Retiro de Adviento

Comencemos el Adviento, ante el Señor, que viene, para acoger su Presencia, y para prepararnos siempre a su Gracia y a su Vida Nueva.
Retiro en la parroquia este jueves, 6 de diciembre, a las 18:00 horas.

Jesús, lleno de alegría en el Espíritu Santo

Martes de la I semana de Adviento

Lc 10,21-24

21 En aquella hora, se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. 22 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

23 Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis!24 Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».

Adviento, a la espera del Señor que viene

«Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre» así invita Jesús a prepararnos a su Venida definitiva, y así nos invita la iglesia a vivir este nuevo Adviento.

Adviento, es siempre mirada a Jesús, que vino en Carne mortal, que quiere venir hoy y siempre con todo su Amor a nuestro corazón y quiere que lo acojamos, y que vendrá en algún momento para el Encuentro definitivo, para siempre, en la Eternidad.

Adviento nos invita a esperar y a prepararnos, estando alerta, «que no embote vuestro corazón».

Medita hoy: ¿Cómo nos vamos a preparar para este Encuentro? ¿Y para el definitivo?

Aprovechemos este Tiempo para preparar y hacer crecer el equipaje del corazón, el único que nos llevaremos cuando nos vayamos con Él para la Vida Eterna.

Feliz semana a la espera del Señor, abiertos a los demás y con tiempo para Él en la oración. ¡Feliz Adviento!

Un abrazo fraternal.
Dios os bendiga, PAblo el cura

Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos

Lunes de la I semana de Adviento

Mt 8,5-11

5 Al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: 6 «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho». 7 Le contestó: «Voy yo a curarlo». 8 Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. 9 Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace». 10 Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían:

«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. 11 Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.

Se acerca vuestra liberación

I domingo de Adviento

Lc 21,25-28.34-36

25 Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, 26 desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.27 Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. 28 Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».

34 Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; 35 porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. 36 Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

Estad despiertos, para que podáis escapar de todo lo que está por suceder

Sábado de la XXXIV semana del tiempo ordinario

Lc 21,34-36

34 Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; 35 porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. 36 Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».