El Bautismo de Jesús, sumergidos en el amor de Dios

«Tú eres mi Hijo amado, mi preferido». Así se oye la voz del Padre desde el cielo al ser bautizado Jesús por Juan en el río Jordán, cumpliéndose así, todas las profecías sobre Él, y siendo manifestado como Hijo de Dios, Ungido por el Espíritu Santo.

Jesús  se abaja y se deja bautizar por Juan, como un pecador, uniéndose así a todos los hombres, con humildad, se acerca se bautiza y su Padre Dios manifiesta entonces, su Grandeza y su filiación, y lleno del Espíritu inicia su recorrido público anunciando el Reino de Dios. Día grande para todos nosotros, recordemos que también recibimos el Bautismo, para poder ser hijos en el Hijo de Dios Padre, para poder vivir la dignidad de ser ungidos por el Espíritu, para poder ser testigos de Cristo, constructores de su Reino, Vivamos nuestro bautismo, renovemos nuestra consagración a Dios y actualicemos todos sus efectos para vivirlos plenamente y ser portadores de toda la Gracia recibida. 


Feliz Domingo del Bautismo del Señor, renovemos nuestro bautismo, dejemos que la Gracia se derrame en el corazón, recordemos que hemos sido salvados por Cristo, que se acerca, abaja a nosotros para mostrarnos el Rostro de Misericordia del Padre.

Un abrazo fraternal, Dios os bendiga, PAblo el cura

Navidad, el plan salvador de Dios con Cristo

«La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre.
Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció». Así narra el Prólogo de san Juan que hoy leemos en el evangelio, la Presencia de Dios entre nosotros por medio de Jesús. 
Dios ha proyectado todo un plan de Salvación, desde su Corazón enamorado de los hombres, por medio de su Hijo, encarnado, hecho hombre, hermano de los hombres, Luz y Vida, para que los hombres, podamos llegar a Dios, sentir a los hombres como hermanos, participar de la Vida de Dios y caminar en la Luz de la Verdad. EL proyecto de Dios es itinerario de Salvación para todos los hombres, es vocación de santidad, de plenitud,  que nos lo ofrece por su Hijo, por Jesús, para que acogiéndolo en nuestras vidas, y dejándonos guiar y conducir por Él caminemos hacia la Santidad.

Demos frutos de santidad

«Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje». Así inicia Jesús, la parábola que utiliza para mostrarnos Cuánto Amor derrama Dios sobre el mundo, sobre la Iglesia, sobre cada uno de nosotros. Meditemos un tiempo, miremos a nuestro alrededor, miremos Todo lo creado, las personas, la Iglesia, y a nosotros mismos, para descubrir y acoger Tanto Amor, tanta delicadeza de Dios, tantos cuidados amorosos y constantes de Dios, tanta bondad derramada… Y descubramos cuantas personas, nos pone Dios para ayudarnos a descubrir su Presencia y su Cuidado, como nos ha dado a su Hijo, y con Él, la Vida verdadera para que la acojamos y demos frutos. Sepamos dar el fruto que Dios con paciencia espera, sepamos dar con nuestra vida testimonio de tanto recibido; demos frutos de santidad, de amor, de caridad y fraternidad. de Vida.