Jesús, al igual que Elías y Eliseo, no fue enviado solo a los judíos

LUNES III DE CUARESMA, FERIA.

2Rey 5,1-15
Sal 41,2.3;42,3.4
Lc 4,24-30

24Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. 25Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; 26sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. 27Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio». 28Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos 29y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. 30Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

¿Qué debemos hacer?

«¿Qué debemos hacer?», es la pregunta de los judíos a Jesús, y la pregunta que en este tercer domingo de adviento, podemos hacerle nosotros a Jesús: ¿Qué tengo que hacer para vivir mejor este tiempo de Adviento, para prepararme mejor para la Navidad…?

Hoy domingo de la Alegría, san Pablo en su lectura nos da alguna pauta: «estad alegres, que vuestra alegría la conozca todo el mundo, el Señor está cerca».  La presencia de Jesús llena de alegría la vida de los hombres, por ello, acerquémonos al Señor, para recuperar, para vivir en la verdadera y profunda alegría, para que con ÉL, podamos afrontar toda situación, y nada nos quite la Alegría.

San Juan Bautista, nos da más claves de respuesta: «el que tenga dos túnicas que dé una al que no tiene, y el que tenga comida le dé al que no tiene»: es la invitación sencilla pero concreta, para  SER GENEROSOS,  para dar a los demás, para pensar en los pobres, y ayudar a los que lo necesitan, para vivir una Navidad verdadera,  vivamos la caridad hacia los necesitados.
Queda tiempo para la Navidad, preguntemos al Señor: ¿qué tengo que hacer?
Feliz semana, abiertos a la Alegría del Señor que está cerca.
Abrazo fraternal.
Que Dios te bendiga, PAblo el cura