09-02 Santa Ana Catalina Emmerick

Santa Apolonia, virgen y mártir
Santos Mártires de Alejandría
Santos Primo y Donato, diáconos y mártires
San Marón, eremita
San Teliavo, abad y obispo
San Sabino de Canosa, obispo
San Ansberto de Rouen, abad y obispo
San Alto, abad
San Rainaldo de Nocera, monje y obispo
Beato Santiago Abbondo, presbítero
Beata Anna Katharina Emmerick, virgen
San Miguel Febres Cordero, religioso
Beato Luis Magaña Servín, mártir
Beato Leopoldo de Alpandeire, religioso

Andaban como ovejas que no tienen pastor

SÁBADO DE LA IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA O SANTA MARÍA EN SÁBADO, MEMORIA LIBRE, O SAN JERÓNIMO EMILIANI, MEMORIA LIBRE, O SANTA JOSEFINA BAKHITA, VIRGEN, MEMORIA LIBRE.

1 Re 3,4-13
Sal 118,9.10.11.12.13.14
Mc 6,30-34

30Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. 31Él les dijo: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. 32Se fueron en barca a solas a un lugar desierto. 33Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. 34Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

08-02 Santa Josefina Bakhita

San Jerónimo Emiliani, fundador
Santa Josefina Bakhita, virgenSanta Cointa, mártir
San Jovencio de Pavia, obispo
Santos Mártires del monasterio de San Dio, monjes y mártires
San Iacuto, abad
San Honorato de Milán, obispo
San Nicecio de Besançon, obispo
San Pablo de Verdún, monje y obispo
Beato Pedro Igneo, monje y obispo
San Esteban de Muret, abad y fundador
Beata Josefina Gabriela Bonino, virgen y fundadora
Beata María Esperanza de Jesús, virgen y fundadora

Es Juan, a quién yo decapité, que ha resucitado.

VIERNES DE LA IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA.

Eclo 47,2-11
Sal 17,31.47.50.51
Mc 6,14-29

14Como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él». 15Otros decían: «Es Elías». Otros: «Es un profeta como los antiguos». 16Herodes, al oírlo, decía: «Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado». 17Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, 18y Juan le decía que no le era lícito tener a la mujer de su hermano. 19Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo, pero no podía, 20porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto. 21La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. 22La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo daré». 23Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». 24Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?». La madre le contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». 25Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». 26El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. 27Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, 28trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. 29Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.

07-02 San Máximo de Nola

San Máximo de Nola, obispo
San Partenio de Lampsaco, obispo
San Moisés de los sarracenos, eremita y obispo
Santa Juliana, viuda
San Lorenzo de Siponte, obispo
San Ricardo, laico
San Lucas el Joven, eremita
Beato Ricerio, religioso
Beato Antonio de Stroncone, religioso
Beato Tomás Sherwood, mártir
Beatos Jacobo Salès y Guillermo Saultemouche, mártires
San Gil María de San José, religioso
San Juan de Triora Lantrua, presbítero y mártir
Beata Rosalía Rendu, virgen
Beata María de la Providencia Smet, virgen y fundadora
Beato Pío IX, papa
Beata Ana María Adorni, viuda y fundadora
Beata Klara Ludwika Szczesna, virgen y fundadora
Beatos Anselmo Polanco y Felipe Ripoll, mártires
Beato Adalberto Nierychlewski, presbítero y mártir
Beato Pedro Verhun, presbítero y mártir

Los fue enviando

JUEVES DE LA IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, SANTOS PABLO MIKI Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES, MEMORIA OBLIGATORIA.

1 Re 2,1-4.10-12
Sal 1Cro 29,10,11abc.11d-12a.12bcd
Mc 6,7-13

7Llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. 8Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; 9que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. 10Y decía: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. 11Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos». 12Ellos salieron a predicar la conversión, 13echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

06-02 San Pablo Miki y compañeros mártires

Santos Pablo Miki y veinticinco compañeros, mártires
San Antoliano, mártir
Santos Silvano de Emesa, Lucas y Mocio, mártires
Santos Dorotea y Teófilo, mártires
San Melis de Ardagh, obispo
San Vedasto de Arras, obispo
San Amando de Maastricht, obispo
Santa Renula, abadesa
San Guarino de Palestrina, obispo
San Brinolfo Algotsson, obispo
Beato Ángel de Furcio, religioso presbítero
San Alfonso María Fusco, presbítero y fundador
Beata María Teresa Bonzel, virgen y fundadora
San Francisco Spinelli, presbítero y fundador
San Mateo Correa Magallanes, presbítero y mártir

No desprecian a un profeta más que en su tierra

MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA DEL TIEMPOR ORDINARIO, SANTA ÁGUEDA, VIRGEN Y MÁRTIR, MEMORIA OBLIGATORIA.

2 Sam 24,9-17
Sal 31
Mc 6,1-6

Mc 6 1Saliendo de allí se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos. 2Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? 3¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?». Y se escandalizaban a cuenta de él. 4Les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa». 5No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. 6Y se admiraba de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

05-02 Santa Águeda

Santa Águeda, virgen y mártir
Santos Mártires del Ponto, mártires
San Avito de Vienne, obispo
San Ingenuino de Sabiona, obispo
San Lucas, abad
San Sabas el Joven, monje
San Albuino de Brixen, obispo
Santa Adalheide, abadesa
Santos Pablo Miki y veinticinco compañeros, mártires
Beata Francisca Mézière, virgen y mártir
Beata Isabel Canori Mora, madre de familia
San Jesús Méndez Montoya, presbítero y mártir

Contigo hablo, niña, levántate

MARTES DE LA IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, FERIA.

2Sam 18,9-10.14b.24-25.30-19,3
Sal 85,1-2.3-4.5-6
Mc 5,21-43

21Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar. 22Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, 23rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva». 24Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba. 25Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. 26Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. 27Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, 28pensando: «Con solo tocarle el manto curaré». 29Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. 30Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba: «¿Quién me ha tocado el manto?». 31Los discípulos le contestaban: «Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”». 32Él seguía mirando alrededor, para ver a la que había hecho esto. 33La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad. 34Él le dice: «Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad». 35Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?». 36Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe». 37No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. 38Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos 39y después de entrar les dijo: «¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta; está dormida». 40Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, 41la cogió de la mano y le dijo: Talitha qumi (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»). 42La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor. 43Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.