Venimos a adorar al Rey.

Lunes, solemnidad de la Epifanía del Señor.

Solemnidad de la Epifanía del Señor, en la que se recuerdan tres manifestaciones del gran Dios y Señor nuestro Jesucristo: en Belén, Jesús niño, al ser adorado por los magos; en el Jordán, bautizado por Juan, al ser ungido por el Espíritu Santo y llamado Hijo por Dios Padre; y en Caná de Galilea, donde manifestó su gloria transformando el agua en vino en unas bodas.

Is 60,1-6.
Sal 71.
Ef 3,2-3a.5-6.
Mt 2,1-12.

2 1Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén 2preguntando: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo». 3Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y toda Jerusalén con él; 4convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. 5Ellos le contestaron: «En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta: 6“Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe que pastoreará a mi pueblo Israel”». 7Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, 8y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo». 9Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. 10Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. 11Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. 12Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino.

06-01 La Epifanía del Señor

Solemnidad de la Epifanía del Señor
Santos Julián y Basilisa, mártires
San Félix de Nantes, obispo
Beato Macario el escocés, abad
San Raimundo de Peñafort, religioso presbítero
San Pedro Tomás, obispo
San Andrés Corsini, religioso y obispo
San Juan de Ribera, obispo
San Carlos de Sezze, religioso
Beata Rita Amada de Jesús, virgen y fundadora
Santa Rafaela María del Sagrado Corazón, virgen y fundadora
San Andrés Bessette, religioso

El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.

Domingo II después de Navidad.

Eclo 24,1-2.8-12.
Sal 147.
Ef 1,3-6.15-18.
Jn 1,1-18.

1 1En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. 2Él estaba en el principio junto a Dios. 3Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. 4En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió. 6Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: 7este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. 8No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. 9El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. 10En el mundo estaba; | el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. 11Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. 12Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. 13Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, | ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios. 14Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. 15Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». 16Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. 17Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. 18A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

05-01 Santa Genoveva Torres Morales

Santa Sinclética, virgen
San Deogracias de Cartago, obispo
Santa Emiliana, virgen
San Convoión, abad
San Eduardo III, «el Confesor», rey
San Gerlaco, eremita
Beato Rogerio de Todi, religioso presbítero
Beatos Francisco Peltier, Jacobo Ledoyen y Pedro Tressier, presbíteros y mártires
San Juan Nepomuceno Neumann, obispo
Beata María Repetto, virgen
San Carlos de San Andrés Houben, religioso presbítero
Beata Marcelina Darowska, viuda y fundadora
Beato Pedro Bonilli, presbítero y fundador
Beato Robert Grau Bullich, presbítero y mártir
Santa Genoveva Torres Morales, virgen y fundadora

Hemos encontrado al Mesías.

Sábado de la II semana de Navidad.

1 Jn 3,7-10.
Sal 97.
Jn 1,35-42.

35Al día siguiente, estaba Juan con dos de sus discípulos y, 36fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Este es el Cordero de Dios». 37Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. 38Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?». 39Él les dijo: «Venid y veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima. 40Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; 41encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)». 42Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)».

04-01 San Manuel González García

Santos Hermes y Cayo, mártires
San Gregorio de Langres, obispo
San Ferreolo de Uzés, obispo
San Rigomerio, obispo
San Rigoberto de Reims, obispo y confesor
Santa Faraildis, viuda
Santa Ángela de Foligno, viuda
Beata Cristiana Menabuoi, virgen
Beato Tomás Plumtree, presbítero y mártir
Santa Isabel Ana Seton, viuda y fundadora
Beato Euquerio Llanillo García, religioso y mártir
San Manuel González García, obispo y fundador

Este es el Cordero de Dios.

Viernes de la II semana de Navidad, feria o Santísimo Nombre de Jesús, memoria libre.

1 Jn 2,29-3,6
Sal 97
Jn 1,29-34

29Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. 31Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel». 32Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. 33Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”. 34Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».

02-01 San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno

Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, obispos y doctores de la Iglesia
San Telesforo, papa mártir
Santos Argeo, Narciso y Marcelino, mártires
San Teodoro de Marsella, obispo
San Bladulfo, monje y presbítero
San Juan Bueno, obispo
San Vincenciano, eremita
San Mainquino de Luimneach, obispo
San Adalardo, abad
San Airaldo de Maurienne, monje y obispo
San Silvestre, abad
Beato Marcolino Amanni, religioso presbítero
Beata Estefanía Quinzani, virgen
Beatos Guillermo Repin y Lorenzo Bâtard, presbíteros y mártires
Beata María Ana Soureau-Blondin, virgen y fundadora
Beatos Pedro Cortasa Monclús y tres compañeros, religiosos mártires

El que viene detrás de mí.

Jueves de la II semana de Navidad. Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, obispos y doctores de la Iglesia, memoria obligatoria.

1 Jn 2,22-28.
Sal 97.
Jn 1,19-28.

19Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?». 20Él confesó y no negó; confesó: «Yo no soy el Mesías». 21Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo: «No lo soy». «¿Eres tú el Profeta?». Respondió: «No». 22Y le dijeron: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?». 23Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías». 24Entre los enviados había fariseos 25y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». 26Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, 27el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia». 28Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.