Ni en Israel he encontrado tanta fe

Lunes de la XXIV semana del tiempo ordinario. Santos Cornelio, papa, y Cipriano, obispo, mártires, memoria obligatoria.

1 Tim 2,1-8
Sal 27
Lc 7,1-10

Lc71Cuando terminó de exponer todas sus enseñanzas al pueblo, entró en Cafarnaún. 2Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. 3Al oír hablar de Jesús, el centurión le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese a curar a su criado. 4Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: «Merece que se lo concedas, 5porque tiene afecto a nuestra gente y nos ha construido la sinagoga». 6Jesús se puso en camino con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo; 7por eso tampoco me creí digno de venir a ti personalmente. Dilo de palabra y mi criado quedará sano. 8Porque también yo soy un hombre sometido a una autoridad y con soldados a mis órdenes; y le digo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; y a mi criado: “Haz esto”, y lo hace». 9Al oír esto, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo: «Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe». 10Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.

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