Martes de la XX semana del tiempo ordinario. San Bernardo, abad y doctor de la iglesia, memoria obligatoria.
Jue 6,11-24a
Sal 84
Mt 19,23-30
23Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. 24Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos». 25Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: «Entonces, ¿quién puede salvarse?». 26Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo». 27Entonces dijo Pedro a Jesús: «Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?». 28Jesús les dijo: «En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. 29Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. 30Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos primeros.