Viernes de la V semana de Cuaresma.
Jn 10,31-42
31 Los judíos agarraron de nuevo piedras para apedrearlo. 32 Jesús les replicó: «Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?». 33 Los judíos le contestaron: «No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios». 34 Jesús les replicó: «¿No está escrito en vuestra ley: “Yo os digo: Sois dioses”? 35 Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y no puede fallar la Escritura, 36 a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: “¡Blasfemas!” Porque he dicho: “Soy Hijo de Dios”? 37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, 38 pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre».
39 Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. 40 Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. 41 Muchos acudieron a él y decían: «Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad».
42 Y muchos creyeron en él allí.